TRIBUNALES
A juicio el dueño del pub Sim Palabras acusado de usar burundanga y abusar de varias mujeres
La Fiscalía solicita 31 años de prisión por los hechos
Madrid - Publicado el - Actualizado
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El “perfil de un depredador sexual”. Así lo definen algunos policias conocedores del caso, lo ocurrido durante meses en la Chupetería “Sin Palabras” un conocido local del municipio de San Cristóbal de La Laguna, donde presuntamente se llevaron a cabo al menos una agresión sexual y varios episodios de abuso sexual y de acoso secual.
La Fiscalía considera que el investigado, S.E., se valió de su posición como dueño de la chupistería Simpalabras para intentar satisfacer sus deseos libidinosos con empleadas, mujeres que buscaban trabajo en dicho bar e, incluso, clientas. Tal como publicó el periodíco El Día en su momento, el caso se destapó gracias a la denuncia presentada por una menor de edad en la Comisaría de la Policía Nacional de La Laguna. Supuestamente, dicha adolescente sufrió una agresión sexual. Ante los agentes, el soldado profesional negó de forma rotunda haber cometido tales hechos. Y, de hecho, llegó a interponer una denuncia por acusaciones infundadas hacia su persona y el establecimiento que regentaba.
USO DE DROGAS PARA DOBLEGAR LA VOLUNTAD
Según el escrito de la fiscalía al que ha tenido acceso COPE Canarias, el acusado, soldado profesional de profesión, regentaba el conocido local y los hechos habrían ocurido en enero del 2017. El episodio más grave ocurrió con una menor de edad. afectada fue una menor, que también tomó copas preparadas por el dueño del local. Tras salir del mismo, la adolescente se percató de que había dejado olvidada su chaqueta. Al regresar, el dueño estaba cerrando el negocio. Según la Fiscalía, la puso encima de la barra, le quitó la ropa interior y le practicó sexo oral. Después, en base al escrito del Ministerio Público, la puso sobre una nevera tipo arcón y la penetró vaginalmente.
En otra ocasión, en este caso, sobre otra trabajadora quien tras comenzar a trabajar en el local, y después de tomar una noche bebidas preparadas y suministradas por el investigado, la joven se “empezó a sentir molesta y perdió sus facultades volitivas”. El procesado comenzó a realizarse diversos tocamientos en el pecho y a meterle la mano en los pantalones. A continuación, la apoyó contra el fregadero, le bajó los pantalones y su ropa interior y la penetró por la vagina. Asimismo, el procesado durante la jornada de trabajo le realizaba numersosa insinuaciones de índole sexual, rozándose con la misma, haciendo comentarios tales como “qué culo tienes” o “qué buenas estas”.
En otra ocasión, meses después, el acusado volvió a realizar tocamiewntos y a rozarse con la trabajadora bajo el pretexto “de lo estrecho que es la barra”, y le daba “cachetes en las nalgas”. En otra ocasión le solicitó que “lo acompañara al garaje a coger mercancia y una vez allí sacó unas esposas y se las colocó y hasta que no consiguió besarla y tocarle los pechos y sus partes ínimas no se las quitó”. A la semana de este incidente el procesado sirvió una copa de bebida, empezandose la misma a encontrar mal, llegando a vomitar y al ser asistida en el Centro de Salud, expidiéndose en el parte médico intoxicación etílica aguda, refiriendo la misma que le pudieron poner algo en la copa, presentando ansiedad y naúseas.
Por estos hechos, el Ministerio Público solicita un total 31 años de prisión, así como una indemnización total de 22.000 euros para las víctimas. Cabe recordar que en su momento hasta un total de 13 mujeres denunciaron haber sufrido algún tipo de abuso o acoso.