Bullying en Canarias: "Le robaron los libros para que sacara peores notas"

Continúan los testimonios de madres que han sufrido el Bullying a través de sus hijos. A la denuncia que le trasladó el CEO Bethencourt y Molina al Diputado del Común por las conductas autolesivas y suicidas de algunos alumnos, se han sumado diferentes particulares procedentes de otro centro educativo que han querido contar en nuestro programa regional, Herrera en COPE Canarias, las vivencias de sus propios hijos que les obligó a abandonar un colegio de La Cuesta, en el municipio de San Cristóbal de La Laguna.

El pasado viernes, nos decía Patri, madre de una niña de 12 años, que su hija estaba recibiendo tratamiento psicológico debido a que ha intentado quitarse la vida en más de una ocasión por culpa del maltrato que recibió por parte de sus compañeros de colegio. Entre los duros testimonios que quiso compartir, se encuentra que los niños tenían amenazada a su hija con matar a su hermana si les delataba. Hasta ese extremo han llegado unos jóvenes en edad preadolescente, que no son para nada conscientes del daño mental que pueden ocasionar a la víctima que, aun habiendo cambiado de colegio, sigue sufriendo las secuelas.

Un caso similar se produjo en el mismo centro educativo con el hijo de Yudenia, también de 12 años que, en palabras de su madre, lo podemos describir como "un niño de altas capacidades" que saca sobresalientes en las notas del colegio y con buenas competencias comunicativas. Esta imagen de niño empollón molestó a sus acosadores y empezaron robándole objetos pequeños como un lápiz, de ahí pasaron a robarle el estuche, y posteriormente fueron a más al robarle una liberta donde tenía escrito un cuento que debía leer el día del libro. A eso le sumamos los sabotajes de trabajos manuales y por último, le robaron sus libros escolares, que estaban valorados en unos 300 euros, con la total intención de que empeorara sus notas.

Ante estos comportamientos reiterados y con el mismo objetivo, Yudenia decidió quejarse al colegio, del que esperaba un mayor apoyo, debido a que restó importancia al problema alegando que se trataba de "cosas de niños". Como resultado, optó por cambiar a su hijo de centro educativo, afirmando que su vida ha sido a mejor. Sin embargo, una vez más, vemos como la víctima es quien debe pagar las consecuencias, mientras que sus matones permanecen impunes.

Este tipo de reacciones ponen ahora el foco en si realmente se está activando el protocolo antibullying en los colegios cuando aparecen este tipo de denuncias.