Sucesos
12 meses sin Anna y Olivia
El portavoz de la familia, Joaquín Amills, reconoce que ha sido "un año muy duro", pero que por lo menos, "la violencia vicaria está encima de la mesa"
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Este miércoles 27 de abril, se cumple un año del vil asesinato de Anna y Olivia. 12 meses de uno se los sucesos más trágicos, más moralmente condenables, más deleznables y por qué no decirlo, más mediáticos de las últimas décadas en Canarias.
Un caso, que de momento, ha finalizado con el auto de sobreseimiento dictado hace poco más de un mes, el 15 de marzo, por el Juzgado de Violencia contra la Mujer número dos de Santa Cruz de Tenerife, hasta que no sea encontrado el padre de las niñas, Tomás Gimeno. En cualquier caso, se da por hecho que éste se suicidó, tras cometer el crimen.
En el primer aniversario del terrible suceso, el portavoz de la familia y presidente de SOS Desaparecidos, Joaquín Amills, ha confesado en La Mañana de COPE Tenerife que ha sido un año “duro y de aceptación de lo que sucedió”, pero sobre todo, “de reconstrucción para que esto no ocurra más y para poner herramientas para que esta lacra que tenemos en nuestra sociedad quede mermada hasta el punto de que no se pueda hacer daño a unos niños para vengarse del progenitor”.
Amills cree que todo esto nos deja una gran lección, y es que “cuando desparecieron las niñas muy pocas personas sabían lo que era la violencia vicaria”, mientras que “hoy en día, la violencia vicaria está encima de la mesa y se están tomando acciones, por ejemplo desde el Gobierno de Canarias o el Cabildo de Tenerife”. De esta manera, añade que “todo esto nos tiene que llevar a que encontrar a Olivia, que fue un milagro, tiene un sentido, que es sensibilizar a la sociedad, y caminar en el sentido de la reconstrucción, que tiene que pasar por la prevención, la formación y todas una serie de medidas judiciales que lleven a que todo esto no se repita”.
El portavoz de la familia mantiene que “Anna y Olivia están presentes en la vida de su madre de una forma constructiva”, ya que “cuando ocurre una tragedia como esta, podemos bajar la cabeza y hablar de cuánto lo sentimos, y hablar de odio, o sencillamente podemos levantar la cabeza y disfrutar de todo lo que la vida nos ha regalado”. Por eso, añade que “el mejor álbum de fotos lo tenemos en nuestro corazón, y Beatriz es una persona como pocas”.
Cuestionado sobre si cree que hay alguna posibilidad de que Tomás Gimeno, el padre de las víctimas, esté vivo, Amills se muestra concluyente: “Yo pienso que no, pero es solo una opinión”. Y lo argumenta explicando que “conociendo su formación de persona chulesca y narcisista, no podría enfrentar una situación de verse de cara a la sociedad como de uno de los asesinos más viles de nuestra época, así que estoy convencido de que terminó con su vida”.