La alegría de Tomasa

Escribo esta líneas sentado frente a la playa de Berria, en Santoña, una de las cientos de bellezas que tiene esta tierra. Y hacer el Camino de Santiago, Camino del Norte, es una magnífica oportunidad para descubrirlas, si aún no las conoces.

La etapa entre Castro Urdiales y Laredo, extendida hasta Santoña, es una etapa larga, complicada en algunos de sus tramos, que te regala unas panorámicas impresionantes.

Un camino lleno de gentes amables que están deseando que los peregrinos vuelvan por estas tierras. A lo largo de los kilómetros que separan una localidad de otra, he podido ver algo más de mochileros “pero muy poca cosa” como me decía Tomasa en Rioseco.

Tomasa, 76 años, viuda, trabajando la tierra desde bien temprano, no ha dudado en ofrecerme una gran sonrisa y un baso de agua cuando me ha visto pasar.

A la espera de tiempos mejores son muchos los establecimientos hosteleros, desde pequeños restaurantes de carretera, hasta algún que otro camping, que de momento mantienen sus instalaciones cerradas.

Los peregrinos son para más de uno de estos negocios, la gasolina que les permite funcionar a lo largo del año.

Vienen, venimos todos, de un año muy duro con muchas restricciones, pero a algunos les quedan aún unos meses complicados. “Seguramente hasta el verano que viene esto no levante cabeza” decía Tomasa, que habla más desde la experiencia vital que desde el manejo de los fríos datos estadísticos.

No creo que el Camino sea para el PIB regional algo trascendental, pero sí estoy convencido de que los peregrinos son para muchos lugares esa vidilla del día a día que hace que las horas sean más llevaderas.

Lo decía el consejero de Turismo en COPE “por el Camino hemos hecho mucho, pero igual no lo suficiente”.

Más allá de lo económico, el Camino y sus peregrinos son sobre todo la alegría de muchas Tomasas, repartidas por los pueblos más pequeños y desconocidos de Cantabria.

Diario de un caminante, por el camino del norte y el camino lebaniego. Con el patrocinio de la Consejería de Turismo, la Consejería de Cultura del Gobierno de Cantabria y la colaboración de copsesa.com y deportescumbres.com, empresas cántabras que han apostado por esta aventura.