Vuelven las ollas ferroviarias a Reinosa

La olla ferroviaria, un ejemplo de comida tradicional que no necesita modernizarse

Olla ferroviaria

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

2 min lectura

Los actos del Día de San Sebastián de Reinosa se limitarán este año al Concurso de Ollas Ferroviarias, aunque con cambio de emplazamiento para adaptarse a la situación sanitaria.

De esta manera, para el concurso se sustituirá el tradicional emplazamiento de la Plaza de España por la calle Mayor y vías aledañas con el fin de que los participantes guarden entre sí la preceptiva distancia de seguridad.

La inscripción en el certamen organizado por el Ayuntamiento de Reinosa se realizará el mismo 20 de enero, de 8.30 a 9.30 horas.

Lo que no variará en 2022 serán los «ingredientes base» que deben tener las ollas y que volverán a ser «las patatas y la carne de vacuno» así como las dotaciones económicas de los premios.

La olla ferroviaria hace referencia a un guiso y también del recipiente en el que se cocina, de la misma forma que al hablar de la paella, hablamos tanto del recipiente como del plato tradicional valenciano.

En el caso de la olla ferroviaria, la olla es el utensilio que se utilizaba por los maquinistas y demás personal del ferrocarril para poder cocinar guisos o platos calientes en el largo recorrido que hacía el Ferrocarril Minero de la Robla a Bilbao, una ruta larga que llevaba el carbón desde las minas de la provincia de León hasta los Altos Hornos del País Vasco que comenzó a operar a finales del siglo XIX.

Para combatir el frío, el personal del tren cocinaba sus guisos en ollas alimentadas por carbón, donde elaboraban guisos de carne con patatas y algunos otros potajes o platos de legumbres, que se cocinaban lentamente en la olla durante el largo recorrido.

La olla es en realidad un doble recipiente: en el exterior, una especie de estufa alimentada con brasas, con una apertura por el frente para poder añadir más carbón y mantener el fuego vivo. Por la parte de arriba, se introduce una cacerola grande que encaja en el borde superior de la olla, quedando dentro de ella y con su parte baja que queda a unos centímetros de las brasas de carbón, calentándose como si estuviera en una lumbre.

Durante la cocción, se pueden añadir ingredientes o agua si fuera necesario en la olla interior, y por supuesto se puede agregar más carbón o retirarlo si fuera necesario bajar el fuego. Además, la olla tenía un asa para poder transportarla con facilidad, pasarla de un vagón a otro o bajarla a tierra en las paradas si era necesario.

Simón Bragado, cántabro hijo de ferroviario, domina una técnica de la que el próximo 20 de enero podremos disfrutar en reinosa.

Los platos hablan.

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