Revilla: "Necesito un despacho para guardar mis pastillas, mi peine y mi laca"
Santander - Publicado el - Actualizado
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La cita era a las nueve de la mañana en la sede del Gobierno Regional en Peña Herbosa. Justo en frente, Miguel Ángel Revilla tomaba un café con un trabajador del gobierno al que se ha unido, la hasta ahora consejera de Presidencia, Paula Fernández. En otra cafetería, doblando la esquina, la nueva presidenta del Gobierno Regional, María José Saénz de Buuruaga, tomaba otro café en esta ocasión con su inseparable jefa de prensa y una tercera persona que entiende a la perfección el movimiento cultural de la región, en particular el que se genera en la ciudad de Santander.
A la hora convenida, presidente saliente y presidenta entrante han coincidido en la misma cafetería donde tras tomar esta última otro rápido café, al que le ha invitado el presidente saliente, ambos se han encaminado hacia la sede del gobierno regional.
En la entrada, María José Sáenz de Buruaga ha saludado a los primeros trabajadores: un conductor, los guardias de seguridad, algún bedel… Ha cogido el ascensor junto a Revilla y juntos han entrado en el despacho presidencia situado en la sexta planta.
En tono cordial y distendido Miguel Ángel Revilla ha enseñado el despacho a la nueva presidenta. "No lo recordaba así, en mi época de consejera de sanidad solo venía cuando me llamaban" le ha dicho Buruaga.
En tonos oscuros, sin nada encima de las mesas, el expresidente regional ha dejado el despacho "en perfecto estado de revista". Una mesa alargada para las reuniones, un par de sofás tapizados en piel beige, en los que han estado un rato charlando, dos cuadros en las paredes y un corcho con chinchetas de colores en el que Revilla organizaba sus cosas. "El corcho es mío, pero te lo dejo porque viene muy bien para organizarse" le ha dicho.
Revilla deja la sede del gobierno satisfecho en lo profesional, "la nueva presidenta se va a encontrar una región mejor que la que yo encontré en 2015, aunque ella no lo reconozca" ha asegurado el expresidente y tranquilo en lo personal, "voy a iniciar muchos proyectos personales por lo que he pedido al partido que me descargue de la responsabilidad de ser portavoz en el Parlamento. Me vais a ver mucho por las televisiones y viajando incluso por el extranjero".
María José Sáenz de Buruaga no ha recibido ningún consejo de Revilla "no soy yo el mejor ejemplo de organización" quien sí ha pedido una cosa a la nueva presidenta. "Le he pedido que me deje su despacho en el Parlamento igual de recogido que se lo he dejado yo aquí. Voy a ocupar el suyo y necesito guardar mis cosas. Mis pastillas para el riñón, mi cepillo de dientes, mi peine, mi laca... Ahora lo llevo todo en el coche" ha contado.
A pesar de esa tranquilidad y satisfacción a la que constantemente ha hecho referencia Miguel Ángel Revilla, en su rostro se reflejaba la pena de abandonar un despacho ocupado de forma continua durante estos últimos ocho años, sabiendo además que nunca más lo volverá a ocupar.