¿Conoces a alguien que podría estar pasando por esto? La clave es actuar con empatía y buscar apoyo especializado

Los trastornos de la conducta alimentaria pueden pasar desapercibidos y afectar a cualquier persona. Conocer los síntomas y saber cómo actuar puede marcar la diferencia

Bulimia y Anorexia
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Katia Nogueira Pi

Santander - Publicado el

2 min lectura

Los trastornos de la conducta alimentaria (TCA), como la anorexia y la bulimia, no siempre se detectan a simple vista. A menudo, quienes los padecen parecen llevar una vida normal e incluso saludable, pero enfrentan una lucha interna que afecta su bienestar emocional, social y físico.

Según los expertos, estos trastornos suelen surgir en la adolescencia, aunque pueden afectar a personas de cualquier edad y género. “La clave está en entender que no es solo un problema de comida o peso, sino de cómo se manejan las emociones y la autoimagen”, explica el doctor Andrés Gómez del Barrio.

¿Qué desencadena un trastorno alimentario?

La presión social, el perfeccionismo, el bullying y los estándares de belleza irreales son factores que pueden desencadenar estos trastornos. La adolescencia, con sus cambios emocionales y físicos, es un momento especialmente vulnerable.

“Algunas personas recurren al control de su alimentación como una forma de manejar emociones intensas, pero esto a menudo lleva a un círculo vicioso que es difícil de romper”, señala el doctor. Comentarios negativos sobre el cuerpo, una dieta innecesaria o restrictiva, e incluso el entorno deportivo pueden ser detonantes.

Los síntomas suelen estar enmascarados, y por eso pasan desapercibidos tanto para las familias como para profesores y compañeros.

Problemas con la báscula

Europa Press

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El impacto en la vida de quienes los padecen

Los TCA afectan profundamente no solo a quienes los sufren, sino también a su entorno cercano. Familias y amigos suelen enfrentarse a una mezcla de confusión, culpa e impotencia, lo que subraya la importancia de brindar apoyo emocional sin asumir un papel de “terapeutas”.

Además, el estigma en torno a la salud mental y los trastornos alimentarios sigue siendo una barrera. “El miedo a ser juzgados hace que muchas personas no busquen ayuda, lo que agrava el problema y complica su tratamiento”, lamentan desde las asociaciones de apoyo.

Anorexia

Anorexia

Aunque existen tratamientos efectivos, la prevención y la detección temprana son fundamentales. Sin embargo, las listas de espera, la falta de personal especializado y el desconocimiento sobre cómo abordar estos problemas dificultan el acceso a la atención adecuada.

En los casos más graves, los pacientes requieren un seguimiento intensivo, pero un 30% de los afectados no completa el tratamiento, lo que los expone a la cronicidad. Además, los servicios públicos de salud se ven sobrecargados por la creciente demanda, especialmente entre jóvenes y adolescentes.

Un problema creciente que necesita soluciones

Con el aumento de casos, también se ha detectado un cambio en el perfil de los pacientes: cada vez hay más hombres afectados y los primeros síntomas están apareciendo a edades más tempranas, incluso en niñas de 8 o 9 años.

Problemas con la comida

Problemas con la comida

La sociedad tiene un papel crucial en la prevención. Es esencial combatir el estigma, promover una relación sana con la comida y enseñar a los jóvenes a cuestionar los mensajes sobre el cuerpo que reciben de los medios y redes sociales.

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