El curioso método de los santanderinos para aprender a reciclar: Rotulador en mano

A pesar de que nuestra región ha mejorado en la separación de residuos, la tasa de reciclaje no avanza y sigue por debajo de la media nacional en envases

Contenedor amarillo
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Voz de Delia Martínez, responsable de comunicación de MARE

Álex García

Santander - Publicado el

3 min lectura

Cada vez hay más concienciación sobre la importancia del reciclaje, pero en Cantabria los datos reflejan que aún queda mucho por mejorar. A pesar de los esfuerzos en campañas de sensibilización y del aumento progresivo en la recogida selectiva de residuos, la región sigue sin alcanzar la media nacional en el reciclaje de envases. En cambio, sí ha logrado igualarla en papel y vidrio, donde los hábitos de separación están más consolidados.

El principal problema sigue siendo el contenedor amarillo, donde persisten errores en la clasificación de residuos. En él deben depositarse envases de plástico, latas y briks, pero a menudo acaban otros materiales que dificultan el proceso de reciclaje. Delia Martínez, responsable de comunicación de Mare, la empresa pública encargada de la gestión de residuos en Cantabria, reconoce que hay margen de mejora:

“La campaña que hemos realizado en los últimos años hace especial énfasis en el contenedor amarillo, reiterando qué residuos deben depositarse y sensibilizando sobre la importancia de hacerlo bien”, explica Martínez.

Un freno en la evolución del reciclaje

Los datos indican que la tasa de reciclaje en Cantabria ha dejado de crecer en el último año, algo que preocupa a los responsables del tratamiento de residuos. Aunque en vidrio y papel-cartón la comunidad ya alcanza la media nacional, en el caso de los envases la evolución se ha estancado.

Uno de los principales problemas es la gran cantidad de impropios, es decir, residuos mal clasificados que terminan en el contenedor amarillo y que no deberían estar ahí. Este error afecta directamente al proceso de separación y tratamiento en las plantas de reciclaje, ralentizando la gestión y aumentando la cantidad de residuos que no pueden reutilizarse.

“Cuando los residuos llegan a las plantas de clasificación, lo primero que debemos hacer es retirar los impropios. Esto supone un trabajo añadido que podría evitarse si la separación en origen se hiciera correctamente”, señala la portavoz de Mare.

¿Dónde acaba la basura que no reciclamos bien?

Uno de los grandes mitos que circulan sobre el reciclaje es la creencia de que todo acaba mezclado en el mismo vertedero. Sin embargo, desde Mare desmienten esta idea y aseguran que la recogida es totalmente separada: cada camión transporta un tipo de residuo y lo lleva a una planta específica.

Aun así, el destino final de cada residuo depende de la calidad de la separación. Los materiales que llegan con demasiadas impurezas o mezclados con otros residuos pueden perder su capacidad de reciclaje y acaban en el vertedero.

Desde el Gobierno de Cantabria insisten en la importancia de la colaboración ciudadana para mejorar estos datos. La administración puede instalar más contenedores, mejorar las infraestructuras de tratamiento y lanzar campañas de concienciación, pero si los ciudadanos no separan bien desde casa, el esfuerzo es en vano.

Concienciación y pequeñas acciones que marcan la diferencia

Para seguir avanzando en la tasa de reciclaje, es fundamental que los cántabros adopten mejores hábitos y corrijan errores comunes. Campañas como Movimiento Imparable, en colaboración con Ecoembes, buscan precisamente reforzar ese mensaje y recordar que cada pequeño gesto cuenta.

Separar correctamente los residuos en casa es un esfuerzo mínimo que tiene un impacto enorme en la sostenibilidad y en la reducción de residuos en los vertederos. Cantabria tiene aún margen de mejora, y el reto ahora es que cada ciudadano ponga de su parte para que el reciclaje sea realmente efectivo.

Uno de los contenedores de Santander con las indicaciones de qué residuos deben depositarse

Uno de los contenedores de Santander con las indicaciones de qué residuos deben depositarse

reciclaje con instrucciones

Mientras las campañas institucionales buscan mejorar la concienciación, en Santander ha surgido un método cuanto menos curioso. En algunos contenedores amarillos de la ciudad, los vecinos han optado por escribir con rotulador negro qué residuos deben depositarse en ellos, en un intento de facilitar la tarea a quienes aún tienen dudas.

En uno de los contenedores situados frente a un supermercado, se pueden leer indicaciones detalladas como “Aquí: bolsas y envases de plástico, tetrabriks, latas, chapas y tapas de metal, bolsas de red de patatas, naranjas y cebollas, cajas de corcho blanco y madera”.

Esta iniciativa espontánea, lejos de ser un simple gesto, demuestra la preocupación de algunos ciudadanos por mejorar el reciclaje en su entorno. Una alternativa improvisada que, aunque no es oficial, refleja la necesidad de seguir educando sobre el buen uso de los contenedores.

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