Elisa Irureta: "una persona con Síndrome de Down no vive más de 60 años"
La presidenta de Cermi, asegura que aunque la visibilización de esta enfermedad entre la sociedad es cada vez mayor, no hay que bajar la guardia y hay que luchar siempre
Santander - Publicado el - Actualizado
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El Síndrome de Down provoca una discapacidad intelectual, así como anomalías físicas en quien lo sufre. En la actualidad, su incidencia es de 1 de cada 1.600 recién nacidos y gracias a las mejoras en sus cuidados, su esperanza de vida ya se sitúa en los 60 años.
Todavía quedan muchos retos por conseguir, así lo reconoce la presidenta de Cermi Cantabria, Elisa Irureta " hay que promover la ley de accesibilidad universal para las personas con discapacidad. Que no solo es el acceso físico a entornos o edificios, sino que supone la inclusión a nivel educativo, jurídico, social, la participación en eventos en actos sociales. Mejorar la empleabilidad de las personas con discapacidad".
La eliminación en la Constitución del término "Disminuido" ha supuesto un gran logro, porque como asegura Elisa, aunque parezca una tontería, "al final lo que hablamos es poner el foco en la persona con discapacidad. Pero la discapacidad no es lo que te define, solo te acompaña. Es importante que la gente vea a la persona antes de la discapacidad que tiene". Según Elisa, la visibilización que tiene la sociedad de la gente con Síndrome de Down es cada vez mayor, pero no se puede bajar la guardia, y hay que estar siempre pendiente, ir afianzándolo y que la gente sea consciente de lo que es.
La calidad de vida de los afectados por Síndrome de Down es cada vez mayor, algo que ha permitido que su esperanza de vida se duplique. "Los cuidados médicos que se les prestan han mejorado tanto que les permite llevar una vida plena". Por eso, Elisa ha querido lanzar un mensaje de ánimo a todas aquellas familias que se vean afectadas, " Hemos tenido ahora recientemente algún nacimiento de un niño con Síndrome de Down y a sus padres les decimos que enhorabuena porque han tenido un hijo. Es verdad que la vida te cambia, pero no a peor, sino a diferente. Es un camino que recorrer y con el acompañamiento de las entidades que nos dedicamos a ello, conseguimos que la gratificación personal o como padre, no tenga techo".