La lucha de Ángela contra el síndrome de Sudeck: "Con 11 años ya estaba medio drogada con morfina, Valium y diazepam"
La joven de 22 años ha superado innumerables obstáculos, los profesores acudían a su casa para darle clases, mientras ella luchaba encamada contra un dolor crónico y las recaídas debido a una enfermedad muy desconocida.
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Ángela Quintilla, futbolista del Revilla y natural de Cueto, ha pasado por los micrófonos de COPE Cantabria para compartir su historia de superación. La joven ha vivido una verdadera prueba de resistencia desde que a los 11 años sufrió una lesión que cambiaría su vida.
Un giro extraño durante un partido de fútbol le causó una microrrotura en el glúteo derecho, lo que dio inicio a una serie de dolores crónicos que los médicos no sabían cómo tratar. Aunque inicialmente los diagnósticos no parecían graves, Ángela continuó sufriendo dolores intensos durante meses, lo que llevó a los médicos a realizar más pruebas sin éxito.
Tras una larga espera de nueve meses, y después de una intervención en la que se le aplicó un tratamiento de "parche", la situación no mejoró. A los 13 años, sufrió una nueva recaída que la dejó postrada en cama durante casi dos años, lo que afectó profundamente su vida diaria. Los dolores y la inflamación fueron tan intensos que, a pesar de recibir tratamientos y tomar fuertes medicinas, Ángela no lograba encontrar alivio.
ÁNGELA SE CONVIRTIÓ EN UNA PERSONA DEPENDIENTE
Con tan solo 11 años, Ángela comenzó a ser medicada con fuertes analgésicos como morfina y Valium, una situación que la dejó “medio drogada”, como ella misma relata. A pesar de todo, nunca perdió la esperanza de poder volver a jugar al fútbol, su gran pasión.
Fue a través de una fisioterapeuta llamada Alicia cuando finalmente se le diagnosticó lo que realmente tenía: el síndrome de Sudeck, también conocido como síndrome de dolor regional complejo. Esta condición médica rara afecta al sistema nervioso y puede desencadenarse tras una lesión, causando dolor crónico e incapacidad.
Gracias a este diagnóstico, Ángela pudo empezar a recibir tratamiento para controlar la enfermedad. A los 16 años, sufrió otra recaída, pero esta vez el proceso fue más llevadero. A través de un tratamiento realizado en el Hospital Santa Clotilde, la futbolista consiguió superar la recaída y volver a la normalidad.
A pesar de los dolores persistentes, Ángela nunca ha dejado de luchar. Hoy en día, sigue jugando al fútbol en el Revilla, y asegura que su pasión por este deporte es lo que le da la motivación para seguir adelante. Para Ángela, el fútbol no solo es un deporte, sino la fuerza que le permite superar los obstáculos de su vida y seguir persiguiendo sus sueños.