El picudo rojo avanza y afectaría ya al 80% de las palmeras de Cantabria

La Asociación de Jardineros pide que se actúe porque es más caro retirar un ejemplar que realizar un tratamiento preventivo o curativo

Palmera que fue talada en Camargo.
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COPE CANTABRIA

Salvador Vicente, pte. de la Asociación de Jardineros de Cantabria, habla sobre la plaga de picudo rojo que afecta a las palmeras.

María Gutiérrez

Santander - Publicado el - Actualizado

4 min lectura

Cantabria se enfrenta a una creciente amenaza para sus palmeras debido al avance del picudo rojo, un gorgojo originario de Asia que ha comenzado a colonizar los ejemplares de Cantabria. Este insecto, que se desplaza aproximadamente dos kilómetros diarios, utiliza su aguijón para penetrar en las palmeras y depositar entre 400 y 600 huevos por puesta, lo que puede llevar a un daño irreversible en poco tiempo.

Los expertos advierten que cerca del 80% de las palmeras en Cantabria podrían estar afectadas por esta plaga. Los síntomas de la infección incluyen la pérdida de flecos en las hojas y una estructura debilitada, que puede provocar la muerte del ejemplar si no se actúa a tiempo. La yema ocipital de la palmera, el lugar donde se desarrollan las hojas, es el principal objetivo del picudo, y una vez que ésta se ve comprometida, las posibilidades de recuperación disminuyen drásticamente.

A pesar de la gravedad de la situación, existen tratamientos preventivos y curativos que pueden ayudar a salvar las palmeras. Así nos lo ha contado en COPE Cantabria, Salvador Vicente, el presidente de la Asociación de Jardineros de Cantabria, ha explicado que estos tratamientos, incluyen duchas aéreas y endoterapias y tienen un costo asequible que puede rondar los 80 euros. "Deben realizarse cada dos o tres meses dependiendo del estado de la palmera. Sin embargo, muchos propietarios aún desconocen la existencia de estas soluciones", ha asegurado.

La Asociación de Jardineros de Cantabria ha estado trabajando para concienciar a la población sobre la importancia de actuar rápidamente ante los primeros signos de infestación. A pesar de sus esfuerzos, muchos particulares no están al tanto de la amenaza que representa el picudo rojo, lo que ha llevado a la pérdida de numerosos ejemplares.

Los expertos hacen un llamado a las autoridades locales y al gobierno regional para que implementen un plan preventivo que informe y proteja a las palmeras de la región. La conservación de estos árboles, que son parte del patrimonio natural de Cantabria, es crucial, y actuar a tiempo puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte de estos valiosos ejemplares.

PLAN DE CHOQUE

Numerosos Ayuntamientos de la comunidad están realizando labores de prevención en este sentido y desde la oposición, el PRC ha reclamado al Gobierno de Cantabria un plan de choque para frenar su expansión.

El diputado y portavoz del PRC en materia de Medio Ambiente, Guillermo Blanco -exconsejero del área-, ha instado al Ejecutivo a retomar las medidas que ya puso en marcha la Consejería en 2022, cuando se detectaron los primeros casos en Cantabria, y que se tradujeron en partidas económicas en el presupuesto de 2023 para ayudar a los ayuntamientos en la lucha contra esta plaga. Sin embargo, con el cambio de Gobierno esas cuantías "no llegaron a ejecutarse".

Ante esta situación, dado que el problema se ha agravado desde entonces y que "cada vez son más las palmeras enfermas y muertas por todos los rincones de la región", Blanco aboga por una actuación "inmediata y urgente", con el fin de "salvar todos los ejemplares posibles y poner freno al avance de la plaga".

"Si no actuamos de inmediato, la palmera corre serio riesgo de desaparecer de los paisajes de Cantabria", ha asegurado. Por ello, plantea un plan de choque que aborde tanto la prevención como el tratamiento de los ejemplares infectados y la retirada e incineración de los restos de las plantas muertas, en los que las larvas del picudo rojo pueden sobrevivir durante semanas.

Asimismo, propondrá implicar a la empresa pública MARE en el tratamiento de los restos de las palmeras muertas, que deberán ser trasladados a plantas incineradoras, al tratarse de materiales de difícil combustión.

El diputado regionalista plantea además campañas informativas para facilitar la identificación de este mal y la elaboración de un mapa para determinar geográficamente cuáles son las zonas más afectadas en la Comunidad Autónoma, además de pedir al Ministerio de Transición Ecológica la declaración de una alerta sanitaria para impulsar "una actuación global e integral contra la plaga".

"Aunque no es un árbol autóctono, la palmera forma parte de nuestros paisajes y de nuestro patrimonio natural desde que los indianos la introdujeron en Cantabria a finales del siglo XIX, por lo que tiene también un gran valor sentimental y no podemos permitir que se pierda", ha concluido Blanco.

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