Las dos caras de la Navidad en los hospitales

Después de los copiosos encuentros de Nochebuena y Navidad; de los nervios de quienes cuidan cada detalle; de escuchar la anécdota del cuñado un año más y de constatar que sí, que ese polvorón que se resistía, a fuerza de sidra, ha colado, vamos a entrar en la intrahistoria de estas fechas.

¿Sabían que hay pacientes de cáncer, sí, de cáncer, que pasarán estos días en vilo porque las listas de espera están retrasando sus cirugías y pruebas diagnósticas? ¿Sabían que las Urgencias siguen funcionando, como los distintos servicios de un hospital, porque hay personal que en lugar de estar con su familia está con la tuya?

Aún nos queda la Nochevieja, la comida del nuevo año y el mágico día de Reyes. Vamos a relativizar ese empeño por comer como si no hubiera un mañana. Sonriamos con la ocurrencia del cuñado y recemos por lo importante, que el año que viene estemos los mismos sentados a la mesa.

Pensemos en quienes tienen preocupaciones mayores que las nuestras estos días; en quienes van a trabajar para velar por nuestra salud y recordemos que, más allá de las luces y las compras, hay otro sentido.

Para terminar, quiero que escuchen el concierto que dio el hijo de una paciente en la UCI de Albacete.

Y también les voy a recomendar que les pidan a los Reyes Magos el libro de Carmen Balibrea ‘Tus alas serán mis alas’. Les aseguro que conocer al protagonista de esta historia, a Pedri, les abrirá los ojos. ¡Feliz Navidad de parte del pequeño equipo de Diario Sanitario!