FERIA TAURINA DE ALBACETE
El acero truncó la tarde de rejones
Diego Ventura corta una oreja. Rui Fernandes y Lea Vicens se van de vacío. Lleno aparente en Albacete
Albacete - Publicado el
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Lorenzo del Rey | COPE Albacete
Ya decíamos en la previa que Diego Ventura está varios escalones por encima de sus compañeros. Y se comprobó en la tarde de hoy. Diego es un titán en el toreo a caballo y su solvencia, su capacidad y su indiscutible liderazgo se echará mucho de menos cuando llegue el momento de su retirada. Diríamos que es de otro planeta. Lástima que el mal uso de los aceros lo hizo terrenal y le impidió salir a hombros, quedándose el premio en una oreja por medio del criterio mostrado por Joaquín Coy en la tarde de hoy. Porque por muy bien que se toree, y aunque haya cierta petición de oreja, si el rejón queda muy defectuoso o la petición no pasa de discretita, no se debe conceder. Ahora toca mantener ese acertado criterio en lo que queda de Feria todos los días.
Ventura perdió el doble trofeo porque el rejón de muerte se fue al sótano. Rui Fernandes y Lea Vicens, cada uno a su estilo, mostraron voluntad. El rejón de muerte, de deficiente colocación, desbarató las opciones de lograr algo tangible. Por su parte, la corrida de Los Espartales, de gran volumen y correcta de presentación en general, tuvo un fondo de mansedumbre, excepto el sexto, con movilidad y pujanza. Y es que el segundo de la tarde llegó a saltar al callejón mientras que el quinto también barbeó tablas buscando la salida. Y eso de bravo no es, precisamente.
Faltaron un puñado de entradas por toda la plaza para lograr un lleno que se quedó en aparente, con una entrada magnífica con un cartel al que le faltó remate. Y es que la tarde de rejones sirve especialmente para que los que vemos las diez tardes le pongamos falta a los que ceden la entrada a amigos, familiares y similares. Pero también es día propicio para encontrarse con aficionados que aman y saben de caballos, como Pedro Martínez Moraga, buen amigo de mi querido Juan Copete e hijo del añorado y aún más querido Juan Martínez. Y es que hablando de todo lo que significa este festejo, Pedro contaba la anécdota que le sucedió con Antonio Correas, quien le dijo que “torear a caballo es hacerlo con una muleta de 300 kilos que tiene vida propia”. Y añadimos que Ventura parece llevar muletas como Lío, Nómada o Bronce cosidas a su propia piel.