ALBACETE TOROS
La silla de Casas y Amador
Un balance de la Feria taurina de Albacete
Albacete - Publicado el
8 min lectura
Lorenzo del Rey | COPE Albacete
La primera pata fue la de la pandemia. Mascarillas, distancias de seguridad, COVID, y unos carteles para no dejar la Feria sin toros. La segunda fue mediocre. La tercera resultó completa y de buena nota mientras que la cuarta, una vez que se presentaron los carteles, también cayó de pie entre la afición. Con las cuatro ferias, que hacen las veces de patas, podemos decir que la UTE Casas y Amador ya tiene su silla y únicamente les queda un último año de contrato que tendrá lugar en la Feria de 2025.
¿Cómo ha sido el abono taurino 2024? ¿Bueno, malo, regular? No es tan sencillo ni es aconsejable pecar de simplistas dando un veredicto sin entrar en un análisis pormenorizado de diversos aspectos de la Feria, así que empecemos por dividir este balance en varios apartados para después obtener una mayor claridad.
El toro como eje fundamental en Albacete
Se han lidiado dos novilladas con picadores, siete corridas de toros y una más de rejones. Y la desigualdad en su presentación ha sido la nota predominante. Se han visto en Albacete desde toros aplaudidos fuertemente de salida hasta otros impropios de Albacete o con mucho menos remate. Pero es que no sólo ha sucedido entre toros de distintos hierros, es que ha ocurrido entre corridas del mismo día. Además, como sucede cada año en Albacete, llegan las figuras, y la presentación del toro se resiente. No tanto como en otras plazas de segunda en las ferias de septiembre, pero se nota menor seriedad en los toros al llegar las tardes de expectación. Y eso no va a cambiar en Albacete ni en ninguna parte. Y además, una reflexión se antoja necesaria. Si cuando la empresa presentó el listado de ganaderías en un elenco variado y con interés, habiendo reseñado lo mejor de las ferias de septiembre en plazas de segunda para Albacete, ¿qué era lo peor que quedaba? Todavía siguen los coletazos de la pandemia, y eso también se ha visto en un gran número de plazas. Es difícil completar una corrida completa que además sea pareja de hechuras. Y eso se nota a la hora de buscar algún animal en el campo: apenas hay. Primero, porque es caro. Segundo, porque ningún ganadero va a descuadrar una corrida o novillada teniendo el número de animales al límite. Aún así, para el año que viene aún hay que poner todavía más mimo en la presentación porque el toro de Albacete es innegociable. E imprescindible.
El comportamiento de los toros
Y si ver una corrida con seis toros como seis gotas de agua se ha convertido en una utopía, ver un toro bravo y encastado ya es un milagro. En Albacete y en todas partes. La inmensa mayoría de animales tienen ese fondo de mansedumbre más o menos evidente. Escarbar, dolerse al sentir las banderillas, golpear el estribo con la cara alta, intentar enredarse en los pechos del caballo para derribar al picador, rajarse al final del muletazo o directamente antes de empezar.. ¿Les suena ese comportamiento estos días? Luego habrán sido con más o menos opciones en la muleta, incluso con un fondo encastado que ha dado juego y opciones de triunfo. Pero la mansedumbre encastada deriva al final en descaste. Y si no hagan memoria y recordarán el nombre de varias ganaderías que antes eran las niñas mimadas de las figuras del toreo y ahora no quieren ni verlas en pintura. Albacete no ha sido la excepción y ha habido de todo, como en botica. Dos buenos toros muleteros del Conde de Mayalde junto a un par más con posibles. Dos más de La Quinta, otro de Victorino, alguno de Domingo Hernández, aquel de Jandilla, la novillada de López Gibaja con varios que se movieron en la muleta y alguno suelto de Montealto. Así, a vuelapluma, sería este el resumen de lo más destacado en el plano ganadero, estando el premio a mejor toro para ese “Lagartijo” de La Quinta, corrida para Mayalde y con opciones de mejor novillo para alguno de Gibaja.
Figuras a la baja, segunda fila pidiendo paso
El tiempo no pasa en balde. Desgasta a todo y a todos. Y varias figuras del toreo anunciadas en Albacete no han cumplido con las expectativas generadas. Y ha sido algo común a todas. Únicamente Castella llega al aprobado. El resto, Talavante, Manzanares, Perera, han pasado por Albacete siendo la sombra de la grandeza que mostraron en su día. Hasta Roca Rey estuvo desdibujado. En cambio, los toreros llamados a ser el relevo han cumplido con creces y han mostrado ese hambre de triunfo. Nos referimos a Galván, Tomás Rufo, Borja Jiménez, Fernando Adrián, Paco Ureña, y a un torero que es figura del toreo como es Emilio de Justo, autor de la mejor faena. Capítulo aparte merecen los toreros de Albacete. Andrés Palacios, toreando un “Samuel” estando cogido y siendo posteriormente intervenido. Pinar y Serrano demostrando su compromiso con duros “victorinos”. Y mención especial para un Samuel Navalón que apostó fuerte y ganó, y un Molina que es triunfador del abono con todos los honores. Sobre los novilleros, Caballero demostró su crecimiento, Moreno y Mazo dieron vueltas al ruedo de la esperanza, y han dejado a las claras que aquí hay futuro. En la Escuela taurina, nuevo triunfo de Alejandro González en la nocturna, que completa una temporada pidiendo paso. Y con toda la razón. Y no me olvido de Alejandro Peñaranda, que hubiese tenido hueco en esta feria. Y en cualquier puesto donde se ha anunciado algún diestro que ha pasado desganado por el coso de la calle Feria. En resumen, urge renovar el escalafón y que las empresas apuesten por los nuevos o ya con cierta veteranía. Porque seguir con la fórmula Fandi y similares ha quedado bien claro que ya no funciona y que el cortoplacismo está agotado.
Repunte de espectadores
Tres millones de espectadores en la Feria y una media cercana a los 3/4 de aforo todos los días en la plaza. Albacete subió ligeramente el número de abonos y se ha visto más tendido ocupado en varios días. Sigue habiendo afición en Albacete y por eso hay que continuar con la apuesta de contratar lo mejor de lo mejor. No se trata sólo de organizar una corrida monstruo como homenaje a la afición, que es de justicia reconocer el esfuerzo empresarial, si no de traer lo mejor que haya, cambiar lo que no ha funcionado y apuntalar una Feria 2025 a la que no se le pueda sacar ni un defecto. Si Amador ha dado con acierto oportunidades a esos toreros que son presente y futuro, por ahí van los tiros para el año que viene.
Las presidencias
Vistos los diez días de festejos, dos conclusiones se pueden extraer. Primero, es que las dos presidencias no han tenido el mismo criterio a la hora de valorar lo sucedido en el ruedo. Mientras que Joaquín Coy ha tenido un listón más estable, midiendo bien en líneas generales la concesión de primeras y segundas orejas, con Genoveva Armero su propio criterio le ha perseguido el resto de días desde ese doble pañuelo a Daniel Luque porque antes estaba resolviendo con buen tino. Por supuesto que la segunda oreja es a criterio de la presidencia, y es ella quien valora en última instancia, pero al darle ese premio excesivo a Luque, luego negarle el mismo premio a Navalón en el toro de su alternativa y dos días más tarde conceder dos orejas a Molina, hacen que nadie quede contento. Y es que arrastras esa decisión el resto de la Feria y luego te miden que no te pasan ni una. Hay que medir bien cada tarde y todas las circunstancias que conllevan el dar la primera oreja, esto es, con una petición mayoritaria, clara y evidente. Y ese segundo premio tiene unos requisitos claros: capote, comportamiento del toro en todos los tercios, faena de muleta y la espada como colofón final. Confiamos y creemos en el compromiso de ambos equipos para 2025 como ha sucedido estos años atrás, mostrándose estas líneas como un análisis crítico y respetuoso desde la mesura y con la intención de mejorar porque su función es esencial como intérpretes de la voluntad del público y garantes de los derechos del aficionado.
El último año del contrato es la clave
Porque ahí es donde la UTE Casas y Amador debe confirmar que es tendencia lo de los últimos dos años y que este quinto no es que no sea malo, si no que va a ser el mejor. Ahí se comprobará si la silla de la que hablábamos al principio termina con un firme respaldo diciendo que quieren seguir siendo empresarios de Albacete o, por el contrario, se queda todo en un taburete.
Ya dijo el concejal Alberto Reina en COPE durante esta Feria que el próximo pliego seguirá manteniendo el número de festejos así como los diversos compromisos con la Escuela taurina, magistralmente dirigida por Sergio Martínez y Gonzalo González. Ahora, habrá que ver los requisitos para poder optar a ser empresario de Albacete. Lo que viene siendo la solvencia técnica, es decir, la seriedad, fortaleza, experiencia y garantías económicas y estructurales para poder gestionar una plaza tan complicada y exigente como es la del coso de la calle Feria. Porque si se hace un pliego a medida, obviando esa solvencia o abriendo mucho la mano, lo que puede pasar es que se disuelva la esencia de Albacete. Y eso sería un error imperdonable y la muerte taurina de Albacete. Y hay que decirlo así para que quede claro y cristalino. Valor y al toro.