Luis Enrique, el bombero albaceteño que salva vidas en Turquía

Luis Enrique Utiel, se convierte en el albaceteño más solidario y valiente al formar parte de un grupo de voluntarios españoles desplegados en Turquía para ayudar a rescatar y salvar vidas de las nuemerosas personas afectadas por el terremoto.

Este bombero del Servicio Especial de Prevención y Extinción de Incendios de la Diputación de Albacete (SEPEI) que normalmente ejerce en el parque comarcal que la institución provincial tiene en Villarrobledo, es uno de los voluntarios españoles de la expedición que, apenas unas horas después del suceso, reunía la Organización No Gubernamental Bomberos Sin Fronteras (BSF) y que, desde el mediodía del pasado miércoles 8, se desplegaba en la provincia turca de Kahramanmaras.

Este lunes se cumplían 178 horas, un poco más de siete días, desde que la tierra temblara con epicentro en la región turca.

Los terremotos que el lunes 6 de febrero asolaron el sudeste de Turquía y el noroeste de Siria han causado la muerte de más de 35.000 muertos, lo que los convierte en uno de los terremotos más catastróficos de la historia. Y que deja a su vez, la friolera de 85.000 personas heridas.

Aunque las posibilidades de hallar supervivientes son ya muy escasas, los equipos de rescate internacionales siguen haciendo pequeños milagros. Milagros que también han llegado de la mano de albaceteños.

Luis Enrique Utiel, jefe de intervención-rescatador, nos habla de las actuaciones

En el primer escenario de trabajo, en el que se colabora con el equipo de rescate de Singapur, el equipo de búsqueda y localización confirma la existencia de una víctima, reportando la gran dificultad del escenario. Se trata de un edificio de planta baja y primera.

Sobre la media noche hora local, el equipo de rescate de la Sección de Intervención en Catástrofes de Bomberos Sin Fronteras confirma que, junto con el equipo de rescate de Singapur, ha logrado extraer de entre los escombros a un niño de 12 años con vida.

Una misión enormemente compleja, además de en lo técnico y logístico, en lo personal y anímico y que, en medio de la crudeza, aún encuentra motivos para la esperanza no cejando en el empeño. Pocas horas después de comenzar a trabajar, Luis Enrique y el resto de la expedición, junto al equipo de rescate de Taiwán, lograban extraer con vida, de entre los escombros, a un niño de 12 años

Día 10 de febrero

Se trabaja un edificio en el que se rescatan, ya con maquinaria pesada para desplazar cargas y en colaboración con rescatadores locales, a dos niñas y su madre.

Día 12 de febrero

Mientras el equipo se dirige a un nuevo escenario, reporta que ya ha comenzado a trabajar la maquinaria pesada en la remoción de los restos de edificios colapsados, indicando también que los maquinistas son muy cuidadosos y colaboran en las tareas de localización.

Ya en un nuevo escenario, entra de nuevo, la perrita Lyra, localiza dos personas para después ser confirmada la localización por un grupo de israelíes con cámara térmica.

El equipo reporta una situación muy peligrosa por la disgregación de los materiales. Proceden al desescombro para buscar acceso a las víctimas. Estamos a la espera de más información.

Día 13 de febrero

Desde primeras horas del día continúan en la misma localización trabajando de forma simultánea en la apertura de dos galerías con gran dificultad debido al estado de la estructura.

Debido a los tiempos estimados en la intervención, se comienza a plantear retrasar el vuelo de regreso a casa unas horas. Se sigue avanzando en la apertura de las galerías hasta que ambas coinciden en el mismo punto, momento en el que se vuelve a pasar a la perra, que vuelve a realizar un marcaje positivo. Se vuelve a disponer de la cámara termográfica del equipo israelí. En esta ocasión se detectan los cuerpos en un punto inferior a la ubicación de la galería, pero en esta ocasión ya no hay signos de vida. Se da por finalizada la intervención.

El equipo de rescate de la Sección de intervención en Catástrofes lamenta profundamente que, después de casi 36 horas de trabajos continuados y sin descanso en este escenario, no hayan podido lograr el objetivo de rescatar con vida las personas atrapadas en este edificio. Eran casi 188 horas atrapados tras el terremoto, y aunque se trataba de una posibilidad remota, había que darlo todo para intentarlo.

Un final que no deseaban que llegara nunca. Y con este final, comienza la recogida de material y la posterior desmovilización para regresar a casa.