Crece la tasa de suicidios entre los adolescentes: "Estos son los síntomas que tenemos que vigilar"
Catalina Fuster, psicóloga y vicesecretaria del Colegio Oficial de Psicología de CLM, asegura que los datos son muy preocupantes. "Hay que buscar el porqué"
Ciudad Real - Publicado el - Actualizado
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La tasa de suicidios no deja de aumentar, sobre todo entre nuestros adolescentes. Una cuestión que nos debe preocupar como sociedad. Hay que empezar a poner recursos y a analizar las posibles causas y poner el acento en la prevención. Hay que recordar que el suicidio es la primera causa de muerte por causas externas. En 2022 se produjeron 4.227 muertes por suicidio en España. 341, personas entre 15 y 29 años.
Catalina Fuster, psicóloga y vicesecretaria de la Junta de Gobierno del Colegio Oficial de Psicología de Castilla-La Mancha, asegura que estos datos son muy preocupantes. Y hay que buscar el porqué de los mismos. “Las causas para este tipo de aspectos nunca son sencillas. La adolescencia es un período del desarrollo de los seres humanos que está lleno de situaciones y de aspectos estresantes. Vivimos con mucho más estrés que en otras épocas o en otros momentos. Hablamos de cambios corporales, hablamos de cambios en cuanto a los pensamientos y la forma de entender la vida, los sentimientos, hablamos de situaciones en las que muchas veces se ponen unas expectativas y se genera presión en lo que va a ser la vida futura de esos adolescentes, por no hablar de otras situaciones que también se pueden dar en el entorno, como temas de cambios familiares, por una separación o un divorcio, cambios de lugar de residencia también. Y luego dentro de lo que sería la propia vida de los adolescentes, pues la presión de los grupos. A veces las situaciones de acoso, esas exigencias también internas, con lo cual hablamos de que puede haber muchos factores que conduzcan a pensamientos de desesperación y a pensamientos de que no voy a dar la talla”.
¿Y cómo podemos prevenir todo esto? “Tampoco hay una única forma ni una fórmula mágica en la que podamos decir que podamos prevenir el suicidio. Pero, sobre todo, lo más importante es escuchar a los adolescentes. Dentro de este momento y de esa etapa, como decimos, del desarrollo, se producen grandes conflictos con la familia. Normalmente es el periodo en que padres e hijos, padres e hijas, madres e hijos e hijas, se llevan peor en muchos casos, discuten más, tienen diferentes formas de ver la vida y muchas veces en esa etapa se produce un distanciamiento”.
Catalina insiste en que “hay que escuchar a los adolescentes, hay que interesarse por sus cosas, hay que preguntar. Por ejemplo, si alguna vez hacen comentarios de tipo, pues no merece la pena vivir, de tipo, pues esto es una mierda. Estos comentarios hay que seguirlos y hay que prestarles atención. Y hay que ver también si se dan otros síntomas que puedan describir, por ejemplo, riesgo de estar en el estado de riesgo”.
También nos enumera cuáles son los síntomas que pueden hacer saltar las alarmas. “No siempre hablamos de tristeza, pero la tristeza puede estar presente. También podemos quizás detectar que haya más apatía por hacer ciertas cosas que a lo mejor antes le gustaban. A veces hay etapas en que de repente dejan un deporte, dejan grupos de amigos, dejan de hacer cosas que antes hacían. Y a veces cuando son cambios más o menos bruscos, hay que investigar un poco qué es lo que pasa, aparte de también cambios más sencillos y de hábitos cotidianos, como cuestiones de apetito, de sueño, de pérdida de ganas de hacer cosas, sobre todo, o de capacidad para disfrutar de las pequeñas cosas que se hacen, estados de más agitación, de irritabilidad, por ejemplo, consumo de sustancias o abuso de sustancias. Todas las cosas hay que tenerlas en cuenta y si llegamos a un nivel de preocupación más o menos significativo pues desde luego consultar con profesionales”.