El hijo de la mujer asesinada en Villarrubia asegura que la relación entre su madre y el acusado no era buena
El menor, al cuidado de su hermana mayor de edad y tutelado por la Junta, fue quien encontró el cuerpo sin vida de su madre dentro de un canapé
Madrid - Publicado el - Actualizado
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El juicio contra Jose Manuel Illescas, acusado de matar de una puñalada a su pareja, Dolores Gozas, en Villarrubia de los Ojos en diciembre de 2020, se ha reanudado esta tarde con la declaración de varios testigos, entre los que se encontraba el hijo menor de la fallecida, que ha relatado cómo encontró el cuerpo de su madre dentro de un canapé.
El chico, que ha declarado sin la presencia del acusado en la sala, ha asegurado ante el tribunal del jurado que la relación de su madre y José Manuel "no era buena" y, al contrario de lo que ha mantenido en la primera sesión del juicio el acusado, que este no consumía drogas.
El hijo de la fallecida ha insistido a preguntas de la fiscalía y las acusaciones que la conducta del acusado "era normal", si bien, ese día hubo una discusión entre su madre y él, porque su madre lo llamó a voces y cuando salió de su habitación le vio el cuello rojo y con un marca.
Esa misma tarde, ha indicado, llegó a la casa una amiga de su madre, Antonia, con quien escuchó en un momento un golpe seco, cuando su madre y el acusado estaban en la habitación, si bien, en un principio lo achacaron a los vecinos.
Tras eso, y pasados unos cinco minutos, vio salir de la habitación de su madre al acusado, que se marchó de la casa.
Ha asegurado que tanto él como Antonia comenzaron a buscar a su madre al no responder a las llamadas, y tras buscar en la habitación por los armarios, decidió mirar en el interior del canapé, donde la encontró sin vida y con un corte en el cuello.
Antonia, amiga de la fallecida, que se encontraba en la vivienda en el momento de los hechos, también ha declarado que la víctima le dijo que el acusado casi la había asfixiado esa tarde al agarrarla por el cuello.
En su relato, la amiga ha dicho que presenció cómo tras haberse producido esta situación, la fallecida le dijo al acusado que cogiera sus cosas y se fuera de la casa, tras lo cual le escuchó a él pedirle perdón, si bien, la respuesta de la fallecida fue "no te perdono porque un día de estos me matas".
En un momento de la esta tarde, ha relatado la amiga, la asesinada entró en la habitación a vestirse, y tras ella pasó él, momento en el que escuchó un golpe seco y le oyó decir "dame un beso".
Unos minutos después, el acusado salió diciéndole que ahora salía Dolores, quien se iba a pensar "si me perdona".
Al ver que no salía su amiga, ha dicho, entró en la habitación y la buscó inicialmente por la cama y los armarios, pero, no la encontró, por lo que le dijo al hijo que su madre no estaba, pero, que estaba segura de que no había salido de la casa y había que buscarla.
En ese momento, ambos se pusieron a ello, hasta que el hijo la acabó encontrando debajo del canapé de la cama.
La amiga de la fallecida, al igual que hijo, ha mantenido que el acusado "no estaba borracho" y sí "sereno" ese día, y ha reconocido que él mismo le había confesado en otras ocasiones que llevaba mucho tiempo "sin tocar la cocaína".
Este hecho choca con la declaración que ha prestado esta mañana el acusado, que ha sostenido en todo momento que estaba bajo los efectos del alcohol y las drogas y que no sabe lo que pasó ese día.
También durante la sesión de la tarde ha declarado el camarero del bar de Villarta de San Juan donde fue el acusado tras, presuntamente, matar a su pareja, y donde fue detenido por la Guardia Civil. Ha relatado que la actitud del acusado era "normal", y que se limitó a pedirle varias copas mientras jugaba a la tragaperras.
Una hermana de la fallecida ha corroborado, como su sobrino, que la relación de Dolores y el acusado no era buena. Algo que conocía "por su madre", ya que ella vive en Puertollano y solo veía a su hermana cuando iba a cuidar a su padre enfermo.
Fue esta hermana la que se dio cuenta que después de matar a Dolores el acusado cogió su libreta bancaria, donde cobraba la pensión de viudedad, y sacó 1.000 euros.
La sesión de tarde del juicio, que sigue este jueves con más testigos, ha contado además con el testimonio de la empleada doméstica de la pareja que, con ciertas dificultades de comprensión a las preguntas de las partes, ha asegurado que "iba a esa casa de lunes a viernes" y que "el acusado era un hombre violento que tenía problemas con la droga y la bebida".