Olga Mediano: "Un 35% de la población sufre estrés por ruido, mucho más en las mujeres"

Si vives en un barrio caracterizado por una febril actividad hostelera, con numerosas terrazas de bares o locales de ocio nocturno; si tu calle está a menudo abierta por obras o tu vecino es muy molesto, puede que estés padeciendo síntomas de lo más variados, como estrés, ansiedad, incluso irritabilidad. Son las consecuencias de la exposición al ruido de forma mantenida en el tiempo, especialmente si éste se produce en horas nocturnas e interfiere el sueño.

En este 24 de abril, Día Mundial del Ruido, en Mediodía COPE en Guadalajara hemos analizado cómo afecta este elemento de distorsión en la cantidad y en la calidad de nuestro descanso y, por tanto, en nuestra salud en general.

"Aunque convivamos con él y estemos expuestos a él sin apenas darnos cuenta, el ruido tiene muchas consecuencias sobre la salud", ha asegurado Olga Mediano, Jefa de Sección de Sueño y Ventilación del Hospital Universitario de Guadalajara, explicando que la exposición prolongada al mismo, además de que "puede provocar enfermedades auditivas", si no cesa por la noche, "interfiere sobre nuestro sueño normal, es decir, tiene un impacto sobre la arquitectura normal de nuestro sueño", construida sobre "unos ciclos completos de unos 90 minutos en los que pasamos por fase superficial, fase profunda, fase REM y que en esos 90 minutos hagamos al menos tres o cuatro ciclos".

Teniendo en cuenta que el tiempo que dede dormir una persona adulta está "en torno a las ocho horas de sueño nocturno", el hecho de que el ruido nos dificulte la conciliación del sueño o nos despierte antes de tiempo tiene como consecuencia no sólo la disminución de horas de sueño, sino también la interrupción del mismo con "despertares, que pueden ser conscientes o inconscientes".

La cuestión es que con cada despertar "rompemos ese ciclo de los 90 minutos, fragmentándose nuestro sueño, es decir, no pasamos del sueño superficial al profundo, que es el reparador", lo cual tiene "un impacto importante sobre la calidad de ese sueño y altera la arquitectura normal de ese sueño, que es la que hace que estemos descansados realmente".

Pero, ¿cuáles son las consecuencias de la pérdida de cantidad y calidad del sueño para nuestra salud física y mental? Según la doctora Mediano, se pueden dejar sentir ya al día siguiente, porque "vamos a tener un exceso de sueño, dolor de cabeza, vamos a estar menos activos".

En segundo lugar, tiene un efecto negativo sobre la relajación y, de hecho, tal como ha apuntado, "un 35% de la población sufre estrés relacionado con el ruido, mucho más en las mujeres, y esto nos va a incrementar los niveles de ansiedad, de irritabilidad y de agresividad".

En tercer lugar, cuando nos estamos sometiendo a ruido, tanto al que haya impactado en nuestro ritmo nocturno como al que sigamos exponiéndonos durante el día, se va a ver afectada "nuestra atención y nuestra capacidad de concentración".

Con el objetivo de combatir los estragos de la exposición al ruido y de conseguir un sueño reparador, la especialista en sueño y ventilación del hospital guadalajareño ha lanzado una serie de recomendaciones que pasan por no dejar la televisión encendida toda la noche y apagar los auriculares, así como todos los dispositivos electrónicos que tengamos cerca, que además emiten ruidos "muy rápidos, muy constantes, sobre todo cuando son Tik tok, Ínstagram, músicas distintas", que no nos van a dejar dormir y resultan "muy estresantes y afectan muchísimo a la atención".

En definitiva, el mejor garante de la calidad de nuestro sueño es "el silencio" o, en última instancia, los llamados "ruidos saludables: un ruido blanco o un ruido rosa, que sí que ayudan a inducir el sueño y que pueden ser beneficiosos en la relajación", señala Olga Mediano, aunque advirtiendo que "los tenemos que apagar después".