¿Preparas tus pies para la Semana Santa? Si sales en las procesiones estos consejos te ayudarán
Calzado adecuado, ropa cómoda, mantener la postura... Algunas claves para no acabar con tu salud en estas fechas señaladas
Toledo - Publicado el - Actualizado
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Los grandes olvidados del cuerpo y los que más sufren en fechas tan señaladas como Semana Santa. Tanto si sales en las procesiones como si te vas de escapada, nuestros pies andarán metros y kilómetros, y por ello debes prestar mucha atención a tus extremidades.
Estos días no sólo se castiga la zona lumbar y cervical al cargar un paso de Semana Santa o portar un estandarte, sino que el peso también recae sobre el resto del aparato locomotor y puede generar calambres, hormigueo, hinchazón o varices. Estos son algunos trucos que deberías llevar a cabo para no castigar mucho tus pies.
Calzado adecuado
Elegir un buen calzado es, sin duda, lo más importante. Por ejemplo costaleros, portadores o braceros y los integrantes de las bandas de cornetas y tambores, deberán usar un calzado cerrado adaptado a la biomecánica del pie, con una gran capacidad de amortiguación, que no sea duro pero tampoco blando y que permita el deslizamiento sin que falle la adherencia.
Importante que cuente con cordones, velcro o con hebillas. El calzado de lona para que transpire el pie es una buena opción y además puedes complementarlo con unas buenas plantillas de gel, que amortiguarán los pasos y evitan sobrecargas musculares. Algo que no deberías olvidar son los calcetines, que deberán ser 100% de algodón y sin costuras.
Todo esto estaría bien que puedas usarlo antes de las procesiones, que tomes contacto con el nuevo material y evites rozaduras o ampollas.
Usar ropa cómoda
Los costaleros o portadores llevan ropa cómoda y los nazarenos también pueden ocultar ropa de diario bajo la túnica o capa. Pantalones elásticos, camisetas de algodón o transpirables si hace mucho calor.
Tras la procesión
Sería recomendable que realices estiramientos una vez finalizado el desfile. Al llegar a casa puedes darte baños de contraste que alternen agua fría y tibia y aplicar una crema hidratante, es importante este paso, hidratar adecuadamente los pies y las piernas.
En caso de tener sobrecargas, heridas o dolores musculares más fuertes, debes acudir a una consulta con el podólogo para determinar el mejor tratamiento y evitar el riesgo de infecciones.