UN VIAJE LLENO DE RETOS
Una familia encuentra un rayo de luz gracias a Cáritas: “Dormimos tres días en la calle con mis dos niñas pequeñas”
Waldo y Yericruz llegaron a España desde Venezuela con sus dos hijas, escapando de la crisis en su país. Tras días durmiendo en la calle, encontraron en Cáritas Diocesana de Toledo una luz de esperanza
Toledo - Publicado el
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Cuando Waldo y Yericruz decidieron dejar Venezuela, lo hicieron con un objetivo claro: dar a sus hijas una vida mejor. En su país, la crisis económica y social había cerrado las puertas a un futuro digno. Sin acceso a educación para las niñas, ni empleo estable para ellos, y con Yericruz superando un cáncer, la única opción era empezar de nuevo.
“Queríamos salir adelante y darle a nuestras hijas una oportunidad que allí no tenían,” cuenta Yaricruz. Pero la travesía no fue fácil. Al llegar a Madrid en febrero, la familia se encontró sin recursos y sin nadie que cumpliera con las promesas iniciales de apoyo. Con poco dinero y ningún lugar donde quedarse, pasaron tres noches en la calle, una experiencia que describen como “desesperante”. “Dormir en la calle con dos niñas pequeñas te rompe por dentro. Llegamos a pensar en volver a Venezuela, pero no había nada a lo que regresar,” explica Waldo.
La luz al final del túnel
En medio de la adversidad, Cáritas Diocesana de Toledo se cruzó en su camino. La organización los acogió en el Centro Santa Teresa de Calcuta, gestionándoles unas noches en un hostal hasta que pudieron instalarse en un piso de urgencia. Allí encontraron mucho más que un techo: encontraron esperanza.
“Cáritas nos devolvió la dignidad. Nos ayudaron con ropa, comida y, lo más importante, nos dieron fuerzas para seguir luchando,” dice Yericruz emocionada. Ahora, la familia vive en Talavera de la Reina, donde continúan recibiendo apoyo mientras buscan empleo y una estabilidad que les permita ser autónomos.
Para Waldo y Yericruz, la gratitud hacia Cáritas es inmensa. “Agradecemos a Dios y a Cáritas porque sin ellos no estaríamos aquí hoy. Nos dieron lo más básico cuando más lo necesitábamos.”
Una Navidad diferente, pero llena de esperanza
Este año, la familia celebrará una Navidad distinta a la que conocían en Venezuela. Sin la compañía de sus padres, abuelos y hermanos, los recuerdos de las tradicionales reuniones familiares traen nostalgia, pero también fuerza para seguir adelante.
“En Venezuela, la Navidad era siempre con toda la familia, entre risas y comida típica como la hallaca,” recuerda Waldo. Ahora, en España, intentarán recrear esas tradiciones. Aunque serán solo ellos cuatro, la familia está decidida a mantener el espíritu navideño. “Es diferente, pero también feliz. Estamos juntos, con un techo y comida, algo que hace meses era un sueño,” afirma Yericruz.
“Navidad también es estar cerca de quien nos necesita”
La historia de Waldo y Yericruz es solo una entre las muchas familias que Cáritas Diocesana de Toledo ha acompañado este año 2024. La organización, que recientemente lanzó su Campaña de Navidad bajo el lema “Navidad también es estar cerca de quien nos necesita”, busca animar a la solidaridad y sensibilizar sobre las realidades de pobreza y exclusión social. Los días 13, 14 y 15 de diciembre, Cáritas Diocesana estará en el supermercado Alcampo de Toledo y en el Centro Comercial de Talavera de la Reina, recogiendo alimentos para que todo el mundo pueda celebrar la Navidad.
El director de Cáritas, José Luis González Montañés, explica que 2024 ha sido un año especialmente duro para las personas en situación de vulnerabilidad. “Es difícil mantener la esperanza a flote cuando las necesidades son tantas y los recursos limitados,” comenta.
La campaña no solo invita a colaborar económicamente, sino también a reflexionar sobre el valor del acompañamiento y la generosidad en tiempos de adversidad.
Los retos que quedan por delante
Aunque Waldo y Yericruz han encontrado un respiro en Toledo, su camino hacia la estabilidad aún no ha terminado. Sin empleo ni documentación definitiva, el proceso para reconstruir sus vidas en España es largo y lleno de desafíos.
“Queremos trabajar, ser independientes y devolver todo lo que hemos recibido,” dice Waldo. Mientras tanto, agradecen cada pequeño logro: su hija mayor, de 11 años, y la menor, de 8, ya se han adaptado al colegio y empiezan a formar sus primeros lazos de amistad. “Mis hijas están contentas. Ahora tienen amigos, van a la escuela y sueñan con un futuro aquí,” cuenta Yericruz con una sonrisa.
El valor de la solidaridad
La historia de esta familia venezolana refleja la importancia de la labor de organizaciones como Cáritas, que cada día trabajan para dar respuesta a las necesidades más básicas de quienes llegan buscando un futuro mejor.
Esta Navidad, Cáritas Diocesana de Toledo lanza un llamado a la solidaridad, recordando que pequeños gestos pueden transformar vidas. A través de donaciones económicas, recogida de alimentos o haciéndose socio, todos podemos ser parte de historias como la de Waldo y Yericruz.
Como dice Yericruz, “Cáritas nos dio un rayito de luz en nuestro momento más oscuro. Ahora soñamos con un futuro mejor, y eso es el regalo más grande que alguien nos puede dar. Ojalá en un futuro no muy lejano, pueda ser yo quien ayude a los más necesitados”. En el rostro de esta familia se ve alegría, porque tienen esperanza. Algo, que les ha dado Cáritas Diocesana de Toledo.