La UCAV financia la prospección geofísica de la tercera fase del Palomar Teresiano de Gotarrendura
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Como ha explicado Pedro Carrasco, responsable de la prospección geofísica, se están utilizando dos técnicas –georadar y tomografía eléctrica- que son las más habituales para la localización de potenciales restos arqueológicos como muros o pozos. “Las técnicas geofísicas investigan el subsuelo a través de ondas electromagnéticas para permitir ver alineaciones de muros o anomalías para que puedan ser identificadas por los arqueólogos”. “Esto ahorra mucho en costes para hacer un buen estudio arqueológico”. El objetivo, como ha explicado Mª Jesús Carravilla, directora del proyecto de investigación, es indagar cuáles serían los cimientos de las casas que habría en este lugar y reestablecer el ambiente de aquel momento. Son tres los capítulos que asumen: jardinería y adecentamiento del lugar; arqueología, este año con la novedad del georadar; y la presentación documental de los resultados. Este año la novedad es que va a continuar esta tarea con un campo de trabajo que van a desarrollar del 4 al 18 de julio profesores y alumnos de la UCAV. En el campo de trabajo colaboran el Ayuntamiento de Gotarrendura, la Junta de Castilla y León y la Diputación de Ávila. Primera fase Durante la primera fase, realizada en abril y patrocinada por la Junta de Castilla y León, se realizaron sondeos exploratorios para demostrar la existencia de los restos atribuidos a la casa palacio de la familia de Santa Teresa. Abarcaron dos zonas de excavación donde la tradición histórica y la tradición oral señalaban la existencia de los restos coincidiendo con la ubicación del monumento de Santa Teresa, y una segunda zona ubicada en las proximidades del Palomar, ya que esos documentos señalaban la existencia de dos casas. Segunda fase Durante la segunda fase, llevada a cabo durante junio y julio, se han encontrado, según el arqueólogo Blas Cabrera, “restos de muros y de suelos que pertenecían a la casa palacio de la familia de Santa Teresa en el siglo XVI”. Ha estado patrocinada por José Mª López y el Instituto Secular Cruzadas de Santamaría. En ella, se escavaron los testigos que quedaban en los sondeos de la primera fase, donde los restos arqueológicos descubrieron una construcción de un muro de dos metros con compartimentaciones que delimitan diferentes estancias que en unos casos están cubiertas por pavimento de canto o de mortero de cal dependiendo del uso. También se han documentado derrumbes de cubierta de teja y un pavimento de unos 15 metros cuadrados que sería la antesala a la vivienda, formado por distintos motivos geométricos y se conserva casi en su totalidad. Cabrera declaró que la interpretación de estos restos es como casa de los renteros o de uso agropecuario que tenían las fincas de esa época, destinada como paneras o fines ganaderos. Esta construcción evidencia los signos de las continuas modificaciones realizadas, donde se añadieron distintas estancias. Se ha encontrado un muro de cuatro metros de longitud y 0,80 metros de ancho con un pavimento de losetas de piedra que determina la extensión de esa edificación, ya que se integra por debajo del monumento de La Santa que se colocó en 1962 porque ahí estaban las ruinas de la vivienda y también se adentra en la finca colindante. Estos restos contextualizan lo descubierto en la primera fase. Esta estancia representa los restos más antiguos que se han encontrado.