Ávila
MISERERE
Ilustre Patronato de la Purísima Concepción, Santa María Magdalena y Ánimas del Purgatorio y el Ilustre Patronato de la Vera Cruz
Madrid - Publicado el - Actualizado
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El encuentro entre el Ilustre Patronato de la Purísima Concepción, Santa María Magdalena y Ánimas del Purgatorio y el Ilustre Patronato de la Vera Cruz tiene una historia de reconciliación que se remonta a 1546. Ese año la Hermandad de la Vera Cruz demandó a la Cofradía de Ánimas al comprobar que esta última acompañaba y daba sepultura a quienes morían por ejecución de la justicia. El Tribunal eclesiástico resolvió que la Cofradía de Ánimas podía seguir acompañando a los reos condenados siempre que no se hubiese llamado a la Vera Cruz. Durante casi dos siglos así ocurrió hasta que en 1713 los hermanos de la Vera Cruz y de Ánimas se reúnen para llegar a un acuerdo. Desde esa fecha Vera Cruz asistirá a los ajusticiados en vida desde la cárcel hasta el patíbulo y Ánimas les dará sepultura.
Para rememorar este acto de reconciliación, en 1993 un pequeño grupo de hermanos del Patronato de Ánimas decide crear este desfile procesional y severo en colaboración con el Ilustre Patronato de la Santa Vera Cruz. En el recorrido se produce un encuentro de los dos patronatos ante el Santísimo Cristo de los Ajusticiados que también fue testigo en 1713.
La procesión de denomina del Miserere por ser el salmo penitencial que se canta en este encuentro ante la Ermita del Humilladero.
La imagen de Santa María Magdalena es una preciosa talla de madera policromada del siglo XVI de autor desconocido y que portan a hombros los hermanos que llevan túnica crema con puñetas azules, verdugo y capa negros, fajín azul, calzado negro y guantes blancos.
La procesión transcurre en un absoluto silencio solo roto por el toque de tambor , las cadenas que arrastran algunos penitentes y las órdenes de las carracas. A veces, por el canto de alguna saeta en una de las calles más íntimas de Ávila , la calle de la Cruz Vieja. Una estrecha calle empedrada que conduce a la Catedral. Otro momento intenso de esta procesión se vive después del canto del Miserere y del encuentro en la Ermita del Humilladero cuando los braceros deben subir la imágen de Santa María Magdalena por unas empinadas escaleras .