Emoción máxima en Sonorama con la aparición de Los Planetas en el 30 aniversario de su disco Super8

Y Aranda de Duero (Burgos) se ha vuelto a llenar de Sonorama. Como cada segunda semana de agosto, el festival de música que se celebra desde hace 27 años en la capital ribereña ha inundado cada rincón de esta villa castellana que, durante cinco días, duplica su población con la llegada de 35.000 sonorámicos por jornada, hasta superar los 100.000 asistentes en el cómputo total.

Las fugaces llegadas de los primeros días de la semana se han convertido en masivas en la jornada inaugural del festival. Por delante, casi cien horas de música en directo. En El Picón, recinto festivalero por excelencia, y casi en todo el casco urbano, con escenarios itinerantes que llevarán actuaciones a espacios inusuales, los del parque de la Isla, dedicado en exclusiva a sonidos llegados de Hispanoamérica, o la plaza de La Sal, centrado en grupos emergentes.

Y, como no, el de la plaza del Trigo, lugar mítico por el que pasan los que están llamados a ser referentes del panorama indie nacional y formaciones más que consolidadas, para el que aún habrá que esperar hasta mañana jueves.

Con cerca de 1.500 empleos directos creados en la organización del festival, una previsión de repercusión económica directa cercana a los 20 millones de euros y una mediática de aproximadamente 15 millones de euros, Sonorama no ha querido guardarse nada para las jornadas centrales. Ha empezado con fuerza desde el principio.

Han calentado motores La bien querida, o el rock andaluz de Califato 3/4, que lo mismo han versionado la 'Historia de un amor' que han recreado una marcha procesional que ha llevado, simbólicamente, a subir y bajar el palio entre los asistentes. Mientras, en supuestos escenarios con menos relumbrón, como Tierra de Sabor o AFMCyL, se han concentrado las mayores concentraciones de público para disfrutar del directo de Besmaya o Juancho Marqués.

Pero el momento álgido de la noche ha llegado cuando han pisado el escenario Aranda de Duero Los Planetas, dispuestos a celebrar una fiesta multitudinaria para conmemorar el 30 aniversario de su disco Super8, el álbum que supuso el debut discográfico de la banda granadina en un ya lejano 1994, pero en el que las melodías, las letras cargadas de sentimientos de sus temas siguen vigentes.

Uno a uno, han ido desgranando cada una de las canciones que integraron ese primer trabajo antes de dar paso a temas posteriores, como Manchas solares, de Canciones para una orquesta química, Segundo premio, de Una semana en el motor de un autobús o, a petición popular, o Un buen día, de Unidad de desplazamiento.

Incluso ha habido tiempo para mostrarse encantados por volver a estar en Sonorama, echar la vista atrás y recordar cómo con Súper8, en 1994, llegaron a dar un concierto en una sala de Burgos en la que tuvieron como público tan solo 16 personas. Y para cerrar la actuación con Mi hermana pequeña.

El relevo lo ha tomado Ladilla Rusa, con sus letras indescriptibles, su música pegadiza y sus canciones que invitan a bailar y al disfrute. Coreando a Kit, Macaulay Culkin, Princesas o A un metro y medio de ti han elevado el ambiente sonorámico a niveles estratosféricos.

Pero antes de terminar la primera noche, aún ha habido tiempo para escuchar a La habitación roja. En una nueva participación de Sonorama, que le ha permitido actuar en la ansiada para tantos plaza del Trigo o en la edición de 2021, con todo el público sentado y con mascarillas, ha llegado con Olas, el adelanto de su nuevo disco, 'Crear', que verá la luz en octubre y en el que destacan uno de los versos de una de sus canciones, que dice que "crear es mejor que destruir". Una máxima a aplicar en estos tiempos convulsos que atraviesa el planeta.

La actuación, dedicada al arranque del concierto con el Are you lonsome tonight de Elvis Presley a Juanma Carrillo, realizador riojano artífice de numerosos vídeos musicales que ha fallecido este miércoles, ha dejado paso aún a la despedida de El columpio asesino, que ha incluido la cita ribereña en su gira 'Amarga baja', con la que se despide.

Y, sobre todo, aún ha dejado muchas ganas de seguir disfrutando de Sonorama Ribera. Porque no ha hecho más que empezar y todavía quedan cuatro días de conciertos por delante.