El equipo de investigación de Atapuerca trabaja ya en algunas zonas del nivel TD6 en Gran Dolina, uno de los principales yacimientos de la Trinchera del Ferrocarril, y confía en encontrar más restos de Homo antecessor, cuya antigüedad data de hace aproximadamente 850.000 años. Así lo desvelaron hoy sus coordinadores, María Mosquera y Andreu Ollé, durante una visita a los yacimientos arqueológicos para los medios de comunicación.
Este yacimiento tiene una potencia estratigráfica de 25 metros, en la que se han localizado varias unidades con evidencias de ocupación humana. La más antigua es TD4, y contiene herramientas líticas y restos de fauna de una edad cercana al millón de años. La más moderna es TD10, que cuenta con diversos niveles excepcionalmente ricos, datados entre 400.000 y 250.000 años. Por tanto, en Gran Dolina hay presencia humana durante el tramo final del Pleistoceno Inferior final y durante buena parte del Pleistoceno medio.
En el tramo medio de la secuencia, se encuentra la unidad más singular e importante de la secuencia: TD6, cuya antigüedad data de hace aproximadamente 850.000 años. En ella se han localizado restos humanos correspondientes a la especie Homo antecessor, industria lítica del Modo 1, así como restos de animales -principalmente ungulados-, que fueron cazados y acumulados en la cueva por los homininos. Además, los fósiles humanos presentan alteraciones (marcas de corte, golpes intencionados, etcétera), que denotan la existencia de eventos de canibalismo.
Desde 2020, se ha estado trabajando en la unidad TD8. Junto a un registro paleontológico extremadamente rico, en TD8 han aparecido evidencias puntuales de presencia humana (herramientas de piedra). Estos hallazgos permiten postular la continuidad del poblamiento de Europa hace entre 800.000 y 500.000 años, un período sobre el que tenemos muy pocos datos en Europa occidental.
El principal objetivo de la presente campaña es excavar la base de la unidad TD8 y evaluar la integridad y características de la inmediatamente subyacente: TD7. Con este objetivo se podrá comprobar la extensión del nivel TD6 hacia el interior de la cavidad y, con ello, preparar su reapertura de cara a la campaña de 2024.
En este sentido, María Mosquera reconoció que en esta 45 campaña arqueológica, que comenzó el pasado 17 de junio y se desarrollará hasta finales de julio, “se está muy cerca, pero muy cerca significa muy cerca” de llegar a TD6 si bien apeló a los periodistas a “venir a la rueda de prensa final de la campaña para que os podamos dar regalitos”. “De hecho en alguna zona hemos llegado, ya hemos descubierto parte de TD6”, aseguró, al tiempo que recordó que lleva 37 años trabajando en Atapuerca.
TD7 y TD4
Por su parte, Andreu Ollé explicó que en Gran Dolina se está excavando en dos niveles y que “actualmente estamos en nivel 7 y en la base del nivel 4”. Así, precisó que “en el TD7 estamos excavando el tramo medio. Estamos acabando el nivel que tiene una antigüedad cercana a los 800.000 años”. “Es el nivel que cubre el famoso TD6 y es un nivel que por lo que sabemos del sondeo, es riquísimo en fauna, en restos paleontológicos, algunos en conexión anatómica, son restos de animales que entraron en la cueva y que no han fosilizaron todavía con sus huesos en conexión anatómica”, indicó.
Así, mencionó que se han hallado una variedad de animales, como hipopótamo, grandes cérvidos, algún carnívoro… aunque resaltó que “el interés de esta campaña aparte de descubrir niveles ricos a nivel paleontológico, es ver qué evidencias podemos encontrar de presencia humana”. “Por excavaciones anteriores tenemos unas evidencias muy escasas”, dijo, y agregó que “tan solo una lasca de cuarzo en este caso”. Entonces, explicó que “al abrir en extensión queremos comprobar si esta fase tiene también presencia humana” porque es una fase que “en Atapuerca tenemos muy bien documentada a nivel paleontológico pero de presencia humana, la documentación es bastante más escasa”.
“En el nivel TD8 que lo cubría aparecieron media docena de lascas, es decir, había presencia humana en entornos pero para nada hemos encontrado un nivel de ocupación, de habitación intenso en esta cavidad como si tenemos para niveles más modernos y más antiguos”, destacó. “Con lo cual este quizás sería el principal objetivo, que es conocer bien el nivel TD7 e intentar detectar la presencia humana en ese entorno concreto”, incidió.
Asimismo, explicó que “luego por debajo hay un grupo que está excavando todavía”. “Ahí estamos acabando la base del nivel TD4 que representa con una antigüedad cercana al millón de años y que es la primera entrada de los grupos humanos en la cueva”, añadió. “Aquí se están excavando, es la base ya y probablemente esta campaña o la siguiente se acabe”, dijo, y añadió que “quedan restos de grandes carnívoros y herbívoros”, al tiempo que precisó que “en ese nivel también hay algo de presencia humana más segura, que lo más abundante que la de TD7 pero para nada son ocupaciones intensas de cavidad” sino “entradas puntuales de los grupos humanos para aprovechar los restos de de esos grandes herbívoros que caerían en el fondo de la Sima”.
Pie entero de hipopótamo
El coordinador de Gran Dolina, Andreu Ollé, señaló que hasta el momento se ha terminado de excavar la base de TD8 con muchos restos de herbívoros. “En este caso, hay bastante restos de rinoceronte, junto con un gran león y restos de un león, algo de oso, algunos carnívoros pequeños y luego ya los animales tan comunes como ciervo, caballo, bóvido que ya dejan de ser excepcional porque están en toda la secuencia”.
Y, precisó que de forma “excepcional” ha aparecido “en conexión” todo un pie entero de hipopótamo, al tiempo que aseguró que “ahora la idea es intentar seguir extender esta excavación y ver qué es lo que acompaña a estos fósiles tan espectaculares de entrada”. En este sentido, Mosquera señaló que “hay un interés especial” porque la pata del hipopótamo “significa agua, un clima cálido” pero es que además, añadió, “tenemos también tortuga”. Algo que quiere decir, explicó, “que estamos en un clima cálido subtropical” y señaló que “hay que ir cambiando la mente según vamos cambiando de niveles porque el paisaje cambia radicalmente en estas cronologías”.
Yacimiento de Penal
Como novedad de la campaña de 2023, este año se reabre la excavación del yacimiento de Trinchera Penal, situado al otro lado de la Trinchera del Ferrocarril, frente a la Gran Dolina. En este yacimiento se excavó un sondeo a comienzos de la década de 1990, en el que se hallaron algunos restos fósiles de mamíferos y herramientas de piedra.
La hipótesis de trabajo que se plantea en el yacimiento de Penal es que sus niveles estratigráficos se corresponden con los niveles fértiles de la secuencia inferior de la Gran Dolina, una conexión que se habría interrumpido cuando a finales del siglo XIX cuando se construyó la Trinchera del Ferrocarril. Estaríamos así excavando una zona muy próxima a la entrada de la cueva y de los sedimentos que rellenan la Gran Dolina a la altura de TD4-TD6. Durante la primavera se acometieron los trabajos de acondicionamiento, limpieza y protección de la zona de la futura excavación. Durante estas obras se halló un canto de cuarcita tallado que ratifica la presencia humana en este yacimiento.
Entre los objetivos para esta campaña están los trabajos de preparación, limpieza y delimitación de la planta de excavación, limpieza de perfiles y catas antiguas, análisis de la estratigrafía expuesta y su correlación con la Gran Dolina, e inicio de la excavación en una pequeña zona próxima a la trinchera. Las investigadoras María Martinón y Elena Santos coordinan este yacimiento.