¿Crisis a la vista? Los concursos de acreedores se disparan en Castilla y León en lo que va de año

¿Sabías que cada vez más personas y empresas en Castilla y León se están viendo obligadas a declararse en concurso de acreedores? En Burgos, un grupo de 26 magistrados está analizando los efectos y problemas de la Ley Concursal, una norma que lleva dos años en marcha y que está marcando un antes y un después en este tipo de procesos.

Los datos son impactantes: en Castilla y León, los concursos de acreedores han aumentado un 96% en lo que va de año, con más de 800 solicitudes. La mayoría, casi nueve de cada diez, son de personas particulares, lo que refleja que no solo las empresas tienen dificultades, sino también muchas familias. Y ojo, que este crecimiento es aún más llamativo entre los particulares, donde los casos han subido más del doble en un año.

¿Cuál es el motivo por el que hemos llegado a esta situación?

La nueva Ley Concursal ha facilitado mucho los trámites para que los particulares puedan saldar deudas en solo cuatro meses, aunque hay excepciones, como las deudas con Hacienda, que no se perdonan del todo. Pero para los empresarios, que suelen comprometer su propio patrimonio para sacar adelante sus negocios, la cosa no es tan sencilla. Luis María Arnaiz, experto en Ley Concursal, explica que esta ley favorece más al consumidor que al empresario, y eso puede frenar la inversión y el empleo.

¿Y qué pasa con las empresas?

Aunque su incremento no es tan extremo como el de los particulares, los concursos empresariales también están subiendo de nuevo después de haberse estabilizado el año pasado. Muchas empresas ven en estos procesos una forma de reestructurarse y sobrevivir, aunque eso implique ajustes como recortar personal o cerrar líneas de producción.

En el III Congreso de Derecho Concursal Ciudad de Burgos, que se celebra estos días, expertos de toda España están debatiendo sobre estas cuestiones. Entre ellos hay tres magistrados de Castilla y León que analizarán cómo mejorar esta ley para equilibrar las necesidades de consumidores y empresarios.

Para los magistrados, parece que los concursos de acreedores son una herramienta para afrontar deudas, pero reflejan un momento complicado tanto para las familias como para las empresas. Una señal de alerta sobre el estado de nuestra economía que ya empieza a preocupara a muchos.