Así es el diente encontrado en Atapuerca que aumenta a ocho los individuos de Homo Antecessor

La 46ª campaña de excavaciones en los yacimientos de la sierra de Atapuerca ha concluido con descubrimientos significativos y la emoción de ser la última con los prestigiosos arqueólogos Juan Luis Arsuaga, José María Bermúdez de Castro y Eudald Carbonell, que han codirigido estas investigaciones durante más de 30 años. Bermúdez de Castro y Carbonell se jubilan y dejan paso a otros compañeros, mientras que Arsuaga continuará un tiempo más.

Esta temporada ha contado con la participación de más de 300 investigadores de diversas instituciones nacionales e internacionales. Desde el 18 de junio, los equipos han trabajado intensamente en sitios como Sima del Elefante, Galería, Gran Dolina, Penal y otros, con un enfoque especial en los sedimentos de la Trinchera del Ferrocarril y el río Arlanzón.

El nivel TD6 de Gran Dolina vuelve a aflorar resto del Homo Antecessor

El nivel TD6 de Gran Dolina ha sido el epicentro de los descubrimientos más destacados de esta campaña. Este nivel, conocido como "Estrato Aurora", es famoso por su riqueza en fósiles de Homo antecessor, una especie homínida crucial en la comprensión de la evolución humana.

Durante la campaña de 2024, los investigadores desenterraron un diente incisivo, permitiendo identificar a "un individuo adulto desconocido hasta ahora en el conjunto de Atapuerca, una hembra de 25 años". El diente tiene la raíz muy corta, está muy gastado y, lo más importante, no coincide con ninguno de los recuperados hace treinta años, por lo que corresponde a un nuevo individuo. Alrededor de esta pieza se encontraron también fósiles de "instrumentos de piedra y algunos huesos de animales de la época del Homo antecessor".

José María Bermúdez de Castro, codirector de la Fundación Atapuerca, destacó la relevancia de este hallazgo, subrayando que "confirma el enorme valor paleontológico de Gran Dolina" y auguró "una serie de campañas futuras muy prometedoras en este sitio". Los codirectores explicaron que Gran Dolina aún ofrece mucho potencial para futuras excavaciones y no descartan la posibilidad de convertir el área en un recurso expositivo con un museo al pie del yacimiento, para acercar estos descubrimientos al público.

Además de Gran Dolina, en otros yacimientos, como Penal, se encontraron 20 piezas de industria lítica, lo que supone "una prolongación de la Gran Dolina", según el codirector Juan Luis Arsuaga. En Cueva Fantasma, se recuperaron instrumentos líticos de sílex, arenisca y cuarcita, así como huesos de hiena, león, reno, oso, perro, marmota y bóvido, de unos 50.000 años de antigüedad, que ayudan a conocer el comportamiento de los homínidos y la fauna durante el Pleistoceno medio y superior. Arsuaga también destacó la importancia de El Portalón, señalando que "habla de los orígenes de la población europea actuales y que han quedado recogidos en varias revistas de ámbito científico internacional".

El final de la campaña de 2024 también marca la despedida de los codirectores Eudald Carbonell y José María Bermúdez de Castro. Ambos expresaron su satisfacción por los logros alcanzados durante los últimos 40 años, calificando los descubrimientos de Homo antecessor como el símbolo más destacado de los yacimientos de Atapuerca. En su lugar, la dirección de los yacimientos se ampliará para incluir a María Martinón, directora del Centro Nacional de Investigación sobre Evolución Humana, Marina Mosquera, José Miguel Carretero e Ignacio Martínez, todos ellos colaboradores desde hace años con Juan Luis Arsuaga.

El presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, felicitó al equipo de investigadores y destacó "la importancia de estos yacimientos no solo para la región sino para el conocimiento global de la evolución humana". Señaló que los yacimientos de Atapuerca han atraído a más de 7 millones de visitantes desde el inicio de las excavaciones, con una creciente afluencia cada año, y animó al nuevo equipo directivo a continuar con su labor de investigación y difusión científica.

Este año de excavaciones no ha sido el "festival" que esperaban, pero sirve igualmente para ampliar nuestro conocimiento sobre el pasado humano y para poner de manifiesto la importancia de la colaboración científica internacional y la necesidad de preservar estos sitios para futuras generaciones. La comunidad científica y el público en general esperan con ansias los resultados de las próximas campañas, que califican como "prometedoras".