De Fernando III el Santo a Felipe VI: 800 años de la Catedral de Burgos

A vista de cigüeña, la catedral de Burgos parece el lecho de faquir, semeja una corona de espinas o rodal de estalagmitas en un delirio de crestas del Gótico más puro, el que concibieron en 1221 el obispo Mauricio y el rey Fernando III El Santo y que, 800 años después, ha visitado Felipe VI.

Ha sido este martes, 29 de junio, con motivo de la apertura de LUX, lema de la vigésima quinta exposición de Las Edades del Hombre que, a través de tres letras, sintoniza dos épocas: la luz que los vitrales del Gótico proyectaban sobre un tiempo nuevo, y la esperanza que ilumina el actual en medio de una asoladora pandemia.

"Primus lapis ponitur in fundamento novis operi ecclesial Burgens. XX die mensis Julij era millesima quinquagesima nona, die Sanctae Margarita", recuerda el Libro Becerro de Burgos o lo que es lo mismo: "Se puso la primera piedra en los cimientos de la nueva obra de la iglesia burgalesa, a 20 de julio, día de Santa Margarita, Era MLIX".

Alfonso VI cedió sus palacios para construir la iglesia románica sobre la que más tarde se levantó la catedral promovida por Fernando III El Santo, que luego continuaron Alfonso X El Sabio, Sancho IV y Alfonso XI, todos ellos reyes como Felipe VI, primer visitante de LUX, muestra alojada en los claustros alto y bajo del templo mayor.

En apenas una década, el prelado Mauricio ya ofició misa en 1230 al estar disponible el mínimum litúrgico exigible, el altar mayor y el coro de la catedral consagrada a Santa María como tantas iglesias erigidas entre los siglos XIII y XIV, principalmente a la vera del Camino de Santiago donde se encuentran las otras dos sedes de LUX: Carrión de los Condes (Palencia) y Sahagún (León).

La figura de Santa María, el octavo centenario de la seo burgalesa, el Camino de Santiago en pleno Año Jacobeo 2021 y el origen de las catedrales concurren en esta nueva parada de Las Edades del Hombre que, desde hace meses, pregona un cartel con la imagen de la Coronación de la Virgen procedente de una de las vidrieras de la iglesia de las Úrsulas, en la ciudad de Salamanca.

El relato expositivo comienza en Burgos, continúa en Carrión de los Condes (Palencia) y finaliza en Sahagún (León), un pasillo de 120 kilómetros a lo largo del Camino de Santiago Francés por tierras de Castilla y León, una invitación al peregrinaje geográfico, espiritual y cultural a través de Las Edades del Hombre.

Representa también una inmersión en el tiempo si el viajero se acoge al Codex Calixtinus, la primera guía jacobea, compuesta a finales del siglo XII con descripciones de paisajes, lugares de interés, obras de arte, recomendaciones, costumbres y avisos como en uno de sus capítulos hace a quien se adentre por la meseta.

"Una vez pasados los Montes de Oca, hacia Burgos, sigue la tierra de los españoles, a saber, Castilla y Campos. Esta tierra está llena de tesoros, abunda en oro y plata, telas y fortísimos caballos, y es fértil en pan, vino, carne, pescado, leche y miel. Sin embargo, carece de árboles y está llena de hombres malos y viciosos", se advierte en el capítulo dedicado a los nombres de las tierras y rasgos de sus gentes.

Ocho siglos después, el tesoro de la agroalimentación permanece intacto al igual que la lacra de la deforestación, no así lo tocante a sus gentes como quieren desmentir algunos naturales de Carrión de los Condes casos del Marqués de Santillana y del economista Enrique Fuentes Quintana, lugar de mocedad del maestro de historiadores Ramón Carande y de adolescencia del escritor Ramón Pérez de Ayala.

Alfonso VI duerme desde hace siglos en Sahagún y allí vio la primera luz quien iluminó a los niños sordomudos con un método pionero: el fraile jerónimo Pedro Ponce de León (hacia 1508-1589).

El rastro de todos ellos será otro de los alicientes para los viajeros, peregrinos, transeúntes o turistas, según los casos, que entre julio y diciembre recorran Las Edades del Hombre a lo largo de tres hitos de la Ruta Jacobea, Calle Mayor de Europa, Itinerario Cultural de Europa y Patrimonio de la Humanidad.