La Iglesia en Burgos lleva adelante un proceso de consulta y reflexión para diseñar su futuro
Este sábado comienza la fase final de la Asamblea Diocesana, que reunirá a 183 personas, en representación de todo el Pueblo de Dios
Madrid - Publicado el - Actualizado
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«Lo que afecta a todos debe ser tratado y aprobado por todos». Esta máxima del Derecho Romano, que se hizo «costumbre multisecular» en la Iglesia, es la que subyace en el impulso sinodal que el papa Francisco quiere impulsar en la Iglesia católica: activar procedimientos de consulta de todo el Pueblo de Dios. Con esta filosofía comienza este sábado en Burgos la fase fina de la Asamblea Diocesana, en la que 183 personas (109 laicos, 55 sacerdotes y 19 religiosos y religiosas) protagonizarán un proceso de consulta y reflexión con el que diseñarán el futuro de la archidiócesis de Burgos. «Como Pueblo de Dios queremos conjuntamente, en un clima de oración, ver los elementos fundamentales que tenemos que corregir o impulsar en la tarea evangelizadora», ha indicado el arzobispo, don Mario Iceta, esta mañana en rueda de prensa.
A lo largo de cinco sábados de febrero a abril, representantes de todo el Pueblo de Dios debatirán en el Seminario de San José sobre cuestiones que atañen a la vivencia personal de la fe, a las estructuras y modos de organización eclesial y a la presencia de la Iglesia en medio del mundo. Mediante 21 mesas de trabajo y cinco sesiones plenarias, se planificarán las próximas acciones pastorales buscando el consenso de los participantes, que podrán siempre plantear enmiendas y sugerencias, pues la Asamblea «no es un parlamento de mayorías, sino un lugar de comunión, donde queremos decidir como una gran familia, en comunión», como indica Ana María del Val Melfi, miembro de la secretaría de la Asamblea Diocesana. Por ello, se requerirá la votación favorable de dos tercios de los participantes para poner en marcha las próximas líneas de actuación diocesanas, propuestas por más de 3.400 personas que han participado en grupos de trabajo en toda la provincia desde que se pusiera en marcha este proceso en septiembre de 2019 y que ha visto alargado su desarrollo debido a las complicaciones de la pandemia (los 314 grupos del inicio se han reducido finalmente a 161).
Las propuestas finales tendrán en cuenta no solo la reflexión de estos grupos, sino también la consulta social que la archidiócesis ha realizado a través de varais encuestas. «La Asamblea es todo un proceso, desde el inicio hasta el final», subraya el vicario de Pastoral, José Luis Lastra, quien se felicita de que numerosas personas hayan participado en su desarrollo a pesar de las dificultades de la pandemia.
Entre los numerosos temas que se abordarán en la Asamblea figuran algunos de calado, como la presencia de femenina en la Iglesia, la atención al medio rural, la acción social de la Iglesia o una mejora en su ejercicio de comunicación y transparencia.
Estos procesos de, consulta, reflexión y decisión compartida no son habituales en las instituciones. Es más, el último gran proceso sinodal en la diócesis se desarrolló hace casi 25 años. Por eso, «el desarrollo de la propia Asamblea será ya un primer fruto», tal como indica el arzobispo, que ha respaldado el proceso impulsado por su predecesor y que se enmarca dentro de las actividades eclesiales con motivo del Año Jubilar del VIII Centenario de la Catedral.