Los 'Gigantillos' de Burgos cumplen 125 años: ¿Qué representan?

Herederos de las “tarascas y tarasquillas” desde 1562, los Gigantillos de Burgos son la representación de las tradiciones burgalesas. La imagen del alcalde y la alcaldesa, representados en cartón piedra en la actualidad tienen su origen en 1899. Se cumplen 125 años de la creación de estos personajes que cumplen con una función protocolaria en las costumbre de la ciudad, participando en numerosas actividades oficiales representativas de la cabeza de Castilla.

La apariencia del Gigantillo y la Gigantilla

El Gigantillo porta sobrero velludo, camisa con los picos del cuello subidos, faja roja, capa marrón oscura y la única mano visible porta una vara que le llega al sombrero. La Gigantilla es una figura que representa la caricatura de aldeana. Tiene moño de picaporte, pendientes y collar de cuentas rojas y gran cruz de plata, camisa burgalesa, jubón de percal floreado en tono castaña bordeado de terciopelo también castaño oscuro y sujeto con cierre metálico, falda de vuelo del mismo percal que el jubón, mandil negro holgado con adornos de terciopelo y azabache. Por encima del jubón, sobre los hombros, mantón serrano bordado. En una mano lleva un ramo de flores.

Pero el destino de estas figuras más que centenarias quiso que las piezas originales desparecieran en un incendio que tuvo lugar en los almacenes municipales donde se guardaban estos personajes. Fue el 17 de enero de 1973. Este acontecimiento obligó al Ayuntamiento de la capital a encargar nuevas figuras al maestro mayor de Valencia, Julián Puche Ferrándiz, con los dibujos de Luis Ortega Rupérez y la dirección técnica del arquitecto burgalés Marcos Rico Santamaría.

Viajeros por el mundo

A lo largo de estos 125 años, los 'Gigantillos' han viajado en numerosas ocasiones, reclamados para otros festejos y acontecimientos. Así, en 1943 participó en Zaragoza en el acto del Voto Nacional a la Virgen del Pilar. Participaron también en 1950 en la Primera Feria Nacional del Campo.

Su viaje más importante, en esta ocasión al extranjero, fue a Alemania en plena Segunda Guerra Mundial. Los Gigantillos participaron en 1939 en la fiesta de la Alegría. En Hamburgo y Berlín.

Larga vida a estos entrañables 'personajes tan singulares que su imagen proyecta la de su ciudad, al mundo.