Mario Iceta: «Los abusos sexuales son injustificables; hay que reparar el daño causado»
El arzobispo se refiere a un caso acontecido recientemente en el ámbito escolar en un colegio religioso que ya está judicializado y con el denunciado apartado de la docencia
Madrid - Publicado el - Actualizado
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El arzobispo de Burgos, Mario Iceta, ha señalado tener conocimiento de tres presuntos casos de abusos cometidos en espacios eclesiales en la provincia, dos de ellos relativos a las informaciones publicadas recientemente por El País. Los datos ofrecidos por este periódico remiten a los años 1962-1965 y hacen referencia a un sacerdote fallecido hace veinte años, sin que haya trascendido el nombre del denunciante. No consta información relativa a los hechos en los archivos diocesanos ni denuncias ni conocimiento de sucesos de esta índole por parte de personas cercanas al presunto abusador. Respecto al segundo caso, el arzobispo ha indicado que se ha contactado con dicho medio de comunicación solicitando información para investigar los hechos, petición que aún no ha sido respondida. Además, ha aludido a otro caso acontecido recientemente en el ámbito escolar en un colegio religioso. El proceso, ha dicho, está judicializado y el denunciado está apartado de la docencia.
Ayer pidió persón y hoy lo ha vuelto a hacer. Al arzobispo, don Mario Iceta, le duelen los abusos sexuales cometidos en el seno de la Iglesia católica. «Casos sangrantes» e «injustificables» que «dejan huellas profundas», como los ha definido, y ante los que urge actuar prestando especial atención a las víctimas, que requieren «una actitud de escucha, empatía, acompañamiento y reparación del daño causado», colaborando siempre con instancias judiciales y policiales, que son las que mejor pueden investigar y poner luz sobre cada uno de los casos.
A este respecto, ha señalado que la Iglesia, en los últimos años, «ha evolucionado» en el tratamiento de estos casos, modificando su legislación y ampliando las responsabilidades a clérigos y laicos y poniéndose a disposición de la justicia. También la Oficina diocesana de Protección de Menores y Personas Vulnerables está llevando a cabo un proceso de refuerzo de la formación específica de agentes pastorales para prevenir abusos y establecer cauces de denuncia en el caso de detectarse algunos de ellos. «Queremos reforzar los miembros que componen la oficina», integrando psicólogos, personas del ámbito pegagógico y de instancias policiales y judiciales. Además, «los nuevos edificios tienen que ser acristalados», evitando «políticas de puertas cerradas», y reforzando la Oficina de Refuerzo Normativo, que también tiene competencias en este ámbito.
Por último, Iceta ha vuelto a insistir en «su disposición de escucha y reparación en la medida de lo posible», respetando en todo momento la intimidad de las víctimas. «Lo nuestro será estar disponibles a lo que requieran» y «estar abiertos» a que todos los que tengan conocimiento de algún caso «lo pongan con confianza a disposición de la Iglesia, de las instituciones judiciales y policiales».