Más de 30 animales han sido abandonados y 90 se han extraviado en Burgos a lo largo del año

La Policía Local de Burgos ha intervenido a lo largo de este 2020 en 36 situaciones de presunto abandono de animales. También en 93 casos de animales extraviados y ha tenido que denunciar a 10 dueños por no recoger los excrementos de sus perros.

Ante esta situación, el Ayuntamiento lanza una campaña de concienciación para que los propietarios de perros recojan los excrementos de sus mascotas de la vía pública. Para ello, proporcionarán a cada uno de los propietarios, un pack de 50 bolsas por animal, presentando la cartilla sanitaria. Las bolsas van a ser suministradas por la empresa “Embalajes Gosuma” por un importe de: 1. 862,19 € (IVA incluido). Podrán pasar por las instalaciones de Sanidad y Medio Ambiente en la calle Diego Porcelos, 4, frente al Morito, de 9 a 14 horas.

ADOPCIÓN DE ANIMALES DE COMPAÑÍA EN NAVIDAD

Y ante las llegada de Papa Noel y los Reyes Magos, donde puede que algún niño haya pedido una mascota, desde el Ayuntamiento pretenden concienciar a la ciudadanía de la responsabilidad que supone tener un perro o un gato en casa y apelan a la adopción en la perrera municipal, donde hay una amplia variedad de animales que necesitan un hogar.

En los últimos días han recibido 67 gatos de una persona mayor con el “síndrome de Noé”, que tenía todos estos animales en casa.

Hay muchos animales que se recogen en las calles de nuestra ciudad, muchos perdidos, pero otros son abandonados y trasladados a la perrera municipal. Aquí se custodian hasta ser adoptados por algún ciudadano interesado. En la Web municipal del Ayuntamiento de Burgos se informa de los trámites a seguir para llevar a cabo dicha adopción, así como el catálogo de animales que se encuentran en estos momentos. Se informa que para la adopción de perros catalogados como potencialmente peligrosos, es necesario ponerse previamente en contacto con el Servicio de Medio Ambiente y Sanidad para más información, aunque animan a que también sean adoptados porque normalmente quedan apartados por miedo.

En Navidad, se consume, se regala y se recibe; pero también es tiempo para recordar que un ser vivo no es un regalo: es una responsabilidad, es “hacerse cargo”. No es un capricho, es una vida. Ser conscientes de ello es el mejor regalo que nos podemos hacer.