Columna de Silvia Rodríguez en COPE Bierzo- Capítulo 61 (“Octubre de tamarindo")

“OCTUBRE DE TAMARINDO”

Desde la atalaya del verano, la alegría de los meses estivales, la relajación propia de la estación, victoriosos, abandonados al ‘Dolce Far Niente’, náufragos en el mar del olvido, nos las prometimos muy felices, a pesar de las continuas advertencias de los expertos, tal vez, porque no queríamos aceptar que el otoño nos enfrentaría irremediablemente a la triste realidad. Comprobamos con estupor, como si fuera un espejismo el fatal aumento de casos y contagios por coronavirus. Los números danzan en una viciosa espiral sin fin, fruto de una conducta irresponsable, zafia e imprudente que nos ha conducido al punto de partida, a la casilla de salida en la que todos, sin excepción volvemos a empezar

A la juventud se le presupone osadía, coraje y a juzgar por los hechos también estupidez, por lo que muchos están demostrando con sus actos, por no mencionar la idiotez que caracteriza a esta tribu de negacionistas, los “illuminatti" destinados “a salvar al mundo" con sus patrañas.

Botellones, reuniones familiares y celebraciones que le han concedido al coronavirus un nuevo triunfo.

Que nadie se llame a engaño, no pequemos de ingenuos, desafortunadamente no hemos aprendido nada de esta pandemia, como prueba esta segunda ola, si acaso ha puesto de relieve el egoísmo, la desconsideración y la falta de empatía que acaban poniendo en peligro la salud de todos, en especial la de nuestros mayores a los que este patógeno ataca ferozmente.

Capítulo aparte merece nuestra economía en caída libre, irrecuperable...

No podemos dejar en manos de los demás lo que solamente a cada uno compete; léase: mascarillas, lavado de manos y distancia de seguridad. La famosa regla de las 3 M, únicamente es eficaz, si le añadimos R2 de responsabilidad y respeto, entonces se convertirá en la “fórmula magistral" para luchar contra el coronavirus.

19 de octubre, las zonas básicas de salud del Bierzo y Laciana teñidas de color naranja no arrojan expectativas muy halagüeñas al respecto.

¡Qué pronto hemos olvidado el sacrificio del personal sanitario, los aplausos emocionados desde los balcones como homenaje a su titánica labor, las escenas dantescas vividas en las UCIS de los hospitales, las muertes de nuestros ancianos en soledad… ¡Qué frágil es la memoria, cuán largo el olvido!