Con perspectiva- 'Molinaseca, oda a la belleza'

'Molinaseca, oda a la belleza'

Paso obligado de peregrinos de camino a Santiago atravesando la comarca del Bierzo. Ubicada a tan solo 7 Km de Ponferrada, Molinaseca villa de reconocida tradición jacobea saluda al río Meruelo mirándolo de soslayo desde su puente romano, que conserva, pese a los descalabros del tiempo, la fortaleza de antaño, a sus pies podemos disfrutar de una magnífica playa fluvial en la que aliviar los rigores de la canícula. Se refleja nuestro puente, coqueto, en el río amigo, que nunca es el mismo a pesar de los siglos que lo contemplan.

Esta pequeña localidad rebosante de encanto, nos invita a saborearla pausadamente, sin prisas para deleitarnos paseando por sus calles empedradas de profundo sabor medieval. Declarada Conjunto Histórico Artístico en el año 1975, la barrica del tiempo se mantiene intacta en la calle Real, arteria principal de la villa que revela una riquísima arquitectura popular a modo de corredores, clásicas cubiertas de pizarra, galerías voladas en madera de castaño e incluso casas solariegas que evocan glorias pasadas, con portadas de sillería, exhibiendo regias sus blasones y escudos nobiliarios como la Casona de Don Pelegrín conocida también como palacio de los Balboa, donde se dice que dormía Doña Urraca cuando se dirigía a Galicia y el Palacio de Cangas-Pambley construido en 1848 por Segundo Sierra Pambley sobre edificaciones eclesiásticas en mampostería de pizarra vista, con las esquinas enmarcadas en piedra, cuya fachada compuesta por balcones y miradores llama poderosamente la atención.

Y es que Molinaseca perteneció durante la Edad Media al señorío de Ramiro Froilaz, señorío que posteriormente se repartió entre la Abadesa de Carrizo, el Abad del Monasterio de Sandoval y el Obispo de Astorga. Dominando la villa se erige majestuosa la iglesia de San Nicolás de Bari, causa admiración su portada Barroca, obra del maestro de cantería Juan de Collado, así como la hornacina con la escultura en piedra de San Nicolás. El interior es de tres naves con cúpula y separadas aquellas por pilares. Destacar el retablo mayor realizado en 1674 por el ensamblador de Villafranca, Pedro Losada Núñez. Nos maravillan asimismo las columnas Salomónicas y el retablo del Evangelio con una escultura del Crucificado del siglo XIV. Dirigimos la mirada hacia otra de las joyas que atesora Molinaseca, el Santuario de Nuestra Señora de las Angustias, Virgen a la que se le profesa una gran devoción.

Este templo data del período Barroco, aunque notablemente reformado en épocas posteriores. No podemos dejar de mencionar el retablo mayor, churrigueresco, con relieves que narran escenas de la vida de la Virgen y la extraordinaria Piedad sobre un majestuoso trono Neoclásico, parece obra de mediados del siglo XVII muy vinculada al influjo de Gregorio Fernández y su escuela vallisoletana.

No acaba aquí el recorrido por Molinaseca, el Crucero del Santo Cristo en la plaza que lleva el mismo nombre. Es un motivo jacobeo de gran belleza que a nadie deja indiferente, se levanta sobre un pedestal de planta cuadrada y cuatro escalones de granito. La columna del Crucero es octogonal y se le ha añadido una hornacina de cristal con un crucifijo pequeño. También en esta plaza tenemos varios elementos de interés turístico, entre ellos el monumento al peregrino colocada en el año 1995, haciendo un guiño a los miles de peregrinos que pasan por esta villa en dirección a Santiago. El monolito de hermanamiento con Shikokuy, columna que simboliza el hermanamiento entre Molinaseca y esta región japonesa donde se hace el camino japonés de Shikoku Henro. Y por último mencionar el conocido Buda de Molinaseca, obra del escultor japonés Bonkai, es una representación femenina de Buda, tallada en un nogal vivo, que protege a los peregrinos a su paso por esta localidad berciana.

Molinaseca rezuma nobleza, señorío, hidalguía. Molinaseca sabe a estío, a infancia, a paraíso perdido, a reencuentros y verbenas, aromas de niñez. Molinaseca es el descanso del peregrino, el alto en el camino, el manantial de agua fresca. Molinaseca sabe a" rubor de manzana y a dulce chopo".

Su gastronomía elaborada con productos de la tierra dibuja un delicioso soneto al paladar, auténtica poesía, exquisita sinfonía de colores y sabores que maridan a la perfección componiendo así una sinfonía extraordinaria. Pimientos, castañas y peras comparten protagonismo con el afamado embutido de esta tierra. Platos regados con los sublimes caldos de El Bierzo que resultan un auténtico festival para los sentidos.

No es de extrañar pues, que esta villa de singular belleza haya sido considerada recientemente como uno de los pueblos más bonitos de España. Un gran logro que enorgulleces todos los bercianos y viene a premiar la labor encomiable de su alcalde Alfonso Arias Balboa que no ha escatimado esfuerzos y dedicación para conseguir que Molinaseca se convierta en un atractivo destino que ya cotiza al alza.

Silvia Rodríguez, colaboradora de COPE Bierzo

Silvia Rodríguez es colaboradora de COPE Bierzo desde el 24 de junio de 2019. La podréis leer y escuchar los lunes en la sección de opinión bajo el título ‘Silvia en COPE Bierzo’ y los fines de semana ‘Con otra perspectiva’. Todo ello en Cope.es/Bierzo.

Es licenciada en Filología Inglesa por la Universidad de Salamanca, decidió estudiar esta carrera porque le apasiona la lengua y especialmente la literatura. Además, le encanta leer, escribir y escuchar buena música. Es feliz trabajando en equipo y entiende “que estamos aquí para ayudar y hacer felices a los demás”.

También es socia fundadora del Banco de Alimentos del Sil y colabora con esta ONG que realiza una gran labor en nuestra comarca. Enamorada de su profesión, la enseñanza. Es profesora de inglés, lengua y literatura en la Academia Corcal.

Se define como una persona vital, alegre, optimista y sobre todo con gran sentido del humor. Además, ha realizado el prólogo del libro ‘Chuma. El Valle del Silencio’ del andaluz Miguel Velasco Nevado.