SOCIO-RELIGIÓN
Carta semanal de Monseñor Jesús Fernández- "Hacia un ‘nosotros’ cada vez más grande"
Escucha y lee aquí la carta de esta semana del obispo de Astorga
Ponferrada - Publicado el - Actualizado
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Carta semanal de Monseñor Jesús Fernández, obispo de Astorga: “Hacia un ‘nosotros’ cada vez más grande” (Jornada Mundial del Migrante y Refugiado 2021)
“HACIA UN 'NOSOTROS' CADA VEZ MÁS GRANDE”
El próximo día 26 de septiembre la Iglesia celebra la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado bajo el lema: “hacia un nosotros cada vez más grande”. La celebración nos ofrece la ocasión de tomar conciencia de la situación de las migraciones y los retos y oportunidades que nos ofrecen. Nos regala también la ocasión de colocarnos ante el horizonte de la fraternidad y –como dicen los obispos de la Subcomisión Episcopal para las Migraciones y Movilidad Humana de la Conferencia Episcopal Española- de ponernos la vacuna definitiva que la familia humana necesita: “salir de un <
Hace ya más de año y medio que estamos padeciendo una pandemia cuyas consecuencias han sido y siguen siendo dramáticas en muchos sentidos, también en el de las migraciones. Sin ir más allá de nuestro territorio nacional, pensemos en la crisis migratoria que ha tenido lugar en Canarias, Ceuta y Melilla. El problema se mantiene en pie: a nuestras puertas siguen llamando personas empujadas por los conflictos armados, las catástrofes naturales, el cambio climático, la pobreza y el hambre.
El Papa Francisco, un migrante argentino afincado en Roma, viene recordándonos con insistencia una grave preocupación que no se borra de su corazón. Nos la confesó en su carta encíclica Fratelli tutti y nos lo ha vuelto a recordar en el Mensaje para esta Jornada: “Pasada la crisis sanitaria, la peor reacción sería la de caer aún más en una fiebre consumista y en nuevas formas de autopreservación egoísta. Ojalá que al final ya no estén “los otros”, sino solo un “nosotros” (FT 35).
En el mismo mensaje nos ha recordado que el horizonte del “nosotros” está presente en el proyecto creador de Dios, puesto que nos creó a su imagen, varón y mujer, diferentes y complementarios para formar juntos un “nosotros” destinado a ser cada vez más grande. En definitiva, nos creó a imagen de un ser uno y trino, comunión en la diversidad. Por otra parte, la presencia del Espíritu Santo el día de Pentecostés hizo que se entendieran personas de todos los puntos de la tierra, ofreciéndonos así un anticipo de lo que será la nueva Jerusalén donde todos los pueblos se unirán en paz y concordia.
La historia de la salvación se inicia con un “nosotros” divino y se concluirá también con un “nosotros”. Entre ambos momentos se encuentra el misterio de Cristo muerto y resucitado para que seamos uno. Por desgracia, este sueño divino se ha roto y desfigurado, sobre todo en los momentos de crisis como el actual. Efectivamente, las crisis hacen aflorar lo mejor de las personas, pero también lo peor. En todo este tiempo, han sido muchas las personas que se han movilizado para acoger, proteger, promover e integrar. Pero también han aumentado los nacionalismos cerrados y agresivos y un individualismo radical.
Ante esta situación, hay que recordar que todos estamos en la misma barca; que los migrantes son una riqueza para nosotros, incluso en el campo laboral y económico; que en el encuentro con ellos y en el diálogo intercultural se nos presenta la oportunidad de crecer como Iglesia; que en cada forastero nos encontramos con Jesucristo y, en fin, que migrantes y refugiados nos ofrecen la oportunidad de cumplir el mandato del Señor de salir a las periferias existenciales a evangelizar sin salir de nuestro territorio.