Columna de Silvia Rodríguez en COPE Bierzo-Capítulo 27 (Mi herencia, mi Dios)

MI HERENCIA, MI DIOS

“El Señor es mi herencia y en Él confío “.Lamentaciones 3:24. Una constante en la vida de D. Urbano, consagrada a Dios y al servicio de su comunidad, de sus convecinos, de sus feligreses que formaban parte de su familia, una gran familia tras 46 años como párroco de la Iglesia de San Pedro.

Gallego de corazón, natural de Manzaneda y berciano de adopción, cursó estudios en los seminarios de las Ermitas y Astorga. Una vez ordenado sacerdote fue profesor del seminario de La Bañeza y párroco de las localidad de Petín de Valdeorras, posteriormente, ya en Ponferrada, ejerció como profesor en el colegio de La Inmaculada.

D. Urbano fue un ejemplo de dedicación y entrega. Ejerció con esmero apostólico el ministerio de la predicación al que los sacerdotes son llamados.

Su cercanía, su amabilidad y una vitalidad inquebrantable eran rasgos que caracterizaban a D. Urbano que como arcipreste acudía humilde y solícito a ver a sus compañeros y ayudarlos cuando lo necesitaban. Más que autoridad, era el hermano mayor.

Poseía, además, D. Urbano, el Don de consejo, su presencia, sus gestos y palabras siempre nos encaminan a Cristo, de quien era admirable imagen.