El leonés Jesús Callejo desentraña secretos, mitos y símbolos en "He visto cosas que no creerías"

Madrid - Publicado el - Actualizado
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Demonios con clavos, animales esperpénticos, momias terapéuticas, cristos sangrantes, aguas sanadoras, caimanes disecados, brazos amojamados, gárgolas apotropaicas, restos del portal de Belén o sobras de la Última Cena son solo algunas de las sorprendentes historias que la España mágica nos ha legado.
Jesús Callejo (Valderas , León, 1959), que investiga y divulga desde hace años enigmas históricos y lugares misteriosos, acaba de publicar He visto cosas que no creerías, un viaje fascinante por iglesias, ermitas, catedrales y otros enclaves sagrados de nuestra geografía, en busca de los rituales, reliquias, tradiciones y símbolos que contribuyen a conocer mejor un pasado en el que lo oculto y lo mítico se aúnan en un abrazo mágico. «Mostrando estos lugares sagrados y divinos secretos pretendo que nos quedemos con lo esencial y trascendente».
«El mundo entero, Europa en general y España en particular es un territorio muy pródigo en templos, en rituales y en objetos que albergan muchos, muchísimos secretos», afirma Callejo. «No hay aldea, villa o pueblo en España (sea grande, mediano, pequeño o despoblado) que no tenga una iglesia, a veces dos y una ermita en lo alto del monte o en la ribera de un río. Ignorar ese hecho y no visitarlos porque uno se considere ateo hasta la médula, es prescindir —de manera alegre e irresponsable— de una gran parte de nuestro bagaje cultural, tradicional y trascendental. Aviso para navegantes, creyentes y descreídos, un templo está cimentado no solo sobre columnas y mampostería, sino también sobre leyendas, obras de arte, tumbas, ritos, mitos… ah, y también mucha historia de la religión».
El director del podcast de La Escóbula de la Brújula explica que hay cuatro pilares, como si fueran los cuatro elementos de la naturaleza o los cuatro puntos cardinales, en los que se apoyan estos «secretos»: lugares de poder, objetos mágicos, creencias populares y símbolos universales. Para Jesús Callejo «No hay santuario que no posea alguna singularidad en su exterior o interior, algo que le hace diferente a los demás. Ese elemento puede ser la talla de una Virgen, un Cristo, un santo, un ángel o un diablo; también una reliquia, un exvoto, una tumba, una calavera, un cuadro, un paño, una marca de cantero, un capitel historiado, una campana o algo… que lo hace genuino». En definitiva, y parafraseando al personaje de Blade Runner, He visto cosas que no creerías.