El Centro penitenciario de León cumple 25 años: "una ciudad donde conviven 1.500 personas"
La psicóloga y criminóloga Henar García Casado dirige la prisión desde hace tres años
León - Publicado el
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El Centro penitenciario de León en Mansilla de las Mulas cumple su veinticinco aniversario, por eso en COPE León hemos recibido la visita de su directora, Henar García Casado, que interviene en el espacio "Entre Nosotras".
La antigua prisión estaba instalada en el paseo del parque de la capital leonesa pero debido a la evolución del propio sistema penitenciario, a finales de los años 90 del siglo pasado los centros penitenciarios se reformulan estructuralmente. "Por un lado, se fortalece la seguridad, pero por otro lado, se prioriza también el objetivo constitucional de la reeducación y reinserción. Estas estructuras más antiguas entorpecian la convivencia de esos dos objetivos" apunta Henar.
El traslado a Mansilla de las Mulas se produjo hace veinticinco años, efeméride que sirve para visibilizar la historia penitenciaria de la provincia de León "como ha quedado ahora de manifiesto con la reciente inauguración de la exposición de la trayectoria penitenciaria de la prisión provincial en el archivo histórico Provincial". Se han organizado diferentes actividades, dirigidas fundamentalmente a los trabajadores, con el objetivo de poner en valor la labor que se está realizando en el centro penitenciario, y su repercusión a nivel nacional e internacional: "Francia está extendiéndose en nuestro modelo y en otros países también. Recientemente tuvimos una visita de Italia, Portugal, Bélgica, a través del programa "First Star" con Proyecto Hombre, Proyecto Joven. Ahora mismo se está proyectando también una visita de una de nuestras profesionales a Kirguistán, y también hemos estado en Latinoamérica. Quiero decir que al final es un poco proyectar el trabajo que estamos haciendo aquí, que hay grandes trabajadores y que como es un medio en sí mismo, obviamente cerrado, pues muchas veces no se conoce".
Henar es psicóloga, criminóloga y desde hace tres años, directora del Centro Penitenciario de León. Sus dos objetivos fundamentales son mejorar la calidad de vida de las personas que están en el Centro Penitenciario, en las instalaciones tanto de Mansilla como en el Centro de Inserción Social y el Servicio de gestión de Penas y Medidas Alternativas, para trabajadores y personas privadas de libertad, y paliar la escasez de recursos, aumentando el equipo humano. "En estos 3 años hemos conseguido poner en funcionamiento con respecto a la población penitenciaria, prácticamente todos los programas de intervención que la Secretaria General de Instituciones Penitenciarias tiene planificados en función del tipo de delitos, delitos económicos, relacionados con la drogodependencia, el alcoholismo, la ludopatía, o con la enfermedad mental".
Para Henar es fundamental abrir la prisión a la sociedad, "porque las personas que están allí forman parte de la sociedad" y en algún se reincorporarán a la vida civil y "de todos nosotros depende que ese retorno sea más o menos accidentado... Los estudios certifican que si durante el primer año no se ha producido una reincidencia, existe muchísimo mayor éxito a lo largo del resto de la vida". Durante ese primer año, es esencial el apoyo social, la reinserción laboral o académica.
Es prioritario sacar al exterior el trabajo que se está desarrollando en el centro penitenciario, visibilizar el trabajo del personal penitenciario y que la sociedad lo ponga en valor "porque como estamos apartados al final no formamos parte y no se nos conoce". En la prisión de León trabajan cerca de 600 trabajadores entre funcionarios, personal laboral y personal de empresas que tienen convenio con la Secretaria General, y permanecen privadas de libertad en torno a 850 personas. En el centro hay 1.008 celdas con espacio para 2 personas, así que su capacidad máxima ronda los 2 .00 reclusos, hombres y mujeres. Su perfil es tan heterógeno como es la propia sociedad en género, en edad, clase social o en tipo deletivo.
"La prisión es al fin y al cabo como una ciudad. Estamos hablando unas 1.500 personas con todos los servicios. Panadería, cocina, lavandería, todos los servicios para lo que es tener en una vida normalizada de una persona privada de libertad" subraya por último.