crecen los ataques de lobo
Las comunidades amenazadas por los ataques del lobo confían en recuperar su gestión: “¿Para quién gobierna este Gobierno?”
Castilla y León pide al ejecutivo que dé marcha atrás y deje de remar en contra de Europa

Juan Carlos Suárez Quiñones, consejero de Medio Ambiente, explica en COPE cómo afecta la protección del lobo a comunidades como Castilla y León
Valladolid - Publicado el
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Castilla y León espera poder recuperar la gestión del lobo que perdió en 2021. Desde entonces, cuando se prohibió cazarlo al norte del Duero, el número de ataques al ganado no ha parado de crecer. Un 33 por ciento en 2023 con más de 5.500 cabezas de ganado muertas. La región alberga al 59 por ciento de los lobos de España. El cánido tiene una protección especial que ha disparado la población aquí y en otras comunidades como Galicia, Cantabria, La Rioja. País Vasco, Madrid...Once comunidades y un frente común porque la población de lobos, sin control, continúa creciendo.
Juan Carlos Suárez Quiñones, consejero de Medio Ambiente, confirma que en 2024 se ha detectado un aumento de los ataques al ganado y se pregunta por qué la cerrazón de la ministra Teresa Ribera. “Sufrimiento, dolor, ganaderos que abandonan y pérdida de población. Me resulta chocante que una vicepresidenta y una ministra para el reto demográfica mantenga con esa cabeza dura una medida que nadie defiende”, lamenta.
Denuncia Quiñones que el Gobierno de Sánchez haya aprobado una normativa sin informes técnicos ni científicos y eso ha generado un grave perjuicio. Mientras la población del lobo sigue creciendo, aumenta el daño en el sector primario. “Han vuelto a aumentar y la situación es insostenible, ¿para quién gobierna este Gobierno? Todos consideran que esto no puede ser”, se pregunta.
Europa y España caminan en sentido contrario
Europa tiene que modificar la normativa europea que establece protección al sur y permite la gestión al norte, pero España en el año 2021 estableció que no fuera gestionable y ahora “Europa y España caminan en sentido contrario”.
Defiende la gestión autonómica que ha permitido durante años mantener un equilibrio entre la presencia del lobo y las explotaciones ganaderas. En la década de los 70, había unos 400 lobos y ahora se ha pasado a unos 2.000, una cifra histórica que sigue creciendo. “Se establecían controles. Ahora solo hay ganado muerto y ganaderos que abandonan”, comentan.