Treinta años de la reina de los capones
La empresa, con 72 empleados, cerró el último año fiscal con una facturación de casi diez millones de euros en España
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Un incendio originado sobre las 03.00 horas de esta madruga ha calcinado las naves y las oficinas de la empresa cárnica Cascajares, ubicada en Dueñas (Palencia), que da trabajo a unos 72 empleados. La empresa, con otra planta den Canadá, cerró su año fiscal en España con una facturación de 9,98 millones de euros, mientras que las ventas de la fábrica ubicada en Quebec facturaron un total 6,5 millones de dólares canadienses.
Dedicada a la transformación y elaboración de productos cárnicos, Cascajares es conocida por su amplia carta de asados, de la mano de capones, pavos, pulardas, corderos o cochinillos. En la última campaña de Navidad, unas 500.000 personas pudieron degustar sus productos.
La historia de Cascajares la escriben Alfonso Jiménez Rodríguez-Vila y Francisco Iglesias, que comenzaron a gestar el proyecto con tan solo 19 años de edad, en 1994. A partir de una empresa basada en la transformación de productos agroalimentarios y con 160.000 pesetas como capital inicial, dieron forma a la idea de comercializar un capón entero enlatado, unido a las crestas de gallo confitadas en grasa de pato.
En 1998 Alfonso Jiménez recibió el premio ‘Empresario del año de la provincia de Valladolid’, otorgado por la Escuela de Empresariales de la ciudad. Durante ese mismo año el crecimiento de ventas y los beneficios permitieron mejorar las instalaciones de Cascajares, dejando atrás las naves alquiladas y las subcontratas en Valladolid y se trasladaron a la provincia de Palencia. Con 30 millones de las antiguas pesetas crearon la primera fábrica de la empresa, en Villamuriel de Cerrato.
Poco a poco, abrieron una red de distribuidores en las Islas Baleares, Cataluña, Asturias, Valencia, Madrid, Cantabria, Extremadura y el País Vasco, ampliándose poco después a todo el territorio nacional. Sus productos llegaron al menú de bodas de los actuales reyes de España, que incluyó el capón de Cascajares como segundo plato del menú real.
La fábrica de Villamuriel se quedó pequeña ante la gran demanda del mercado. Con una inversión de 1,2 millones de euros se construyó la nueva planta en Dueñas (Palencia), donde se ha apostado por la tecnología agroalimentaria de calidad. Tal es así que, en 2009, el Ministerio de Agricultura reconoció a Alfonso Jiménez con el Premio Alimentos de España.
Uno de los últimos hitos fue la expansión internacional. El 1 de enero de 2009 comenzó Cascajares Canadá debido a la dificultad de vender productos al continente americano por sus leyes arancelarias. El 30 de noviembre de 2011 y gracias a una inversión de tres millones de dólares, inauguraron su propia fábrica de elaboración en Quebec, para llegar a todo Estados Unidos.
La firma siempre ha estado volcada con la sociedad e implicada con los sectores menos favorecidos. Una cuarta parte de su plantilla del obrador son personas con algún tipo de discapacidad. Además, desde hace 25 años promueven y organizan una Subasta de Capones con carácter benéfico. En la XXII edición, la más reciente, permitió destinar casi 75.000 euros a la asociación Nuevo Futuro.