dia internacional de la mujer
Una enfermera del medio rural cuida a su paciente de 94 años enseñándole a hacer natillas
Una profesional sanitaria reclama refuerzos de plantilla en enfermería para poder ofrecer una atención de calidad

Salamanca - Publicado el - Actualizado
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"Desde que tengo memoria siempre he soñado con ser enfermera" Con esta declaración de intenciones, revela María del Carmen Otero su vocación por la enfermería.
Carmen es otra de esas mujeres anónimas que hoy también celebran el Día Internacional de la Mujer. Lo hace cuidando a su madre Antonia, de 91 años, que es por derecho propio y a tiempo completo, su paciente preferida.
Es una profesional altamente cualificada, ¿por qué no decirlo?. El carácter discreto y humilde de Carmen siempre le lleva a restar importancia a su tarea cotidiana. Pero son las mujeres cuyo nombre no trasciende ni en la prensa, ni en las redes sociales, las que a menudo acumulan más méritos para ser reconocidas.
Lleva 35 años de carrera dedicada al servicio de los miles de pacientes a los que ha cuidado durante toda su vida.
Nació en Zamora pero se ha formado y especializado en distintas áreas de la Enfermería en las universidades de Valladolid, Salamanca, Elche (Alicante) y Avila. Espera poder jubilarse dentro de 5 años. Mira a ese horizonte con ilusión y a la vez con nostalgia. Su marido José Antonio sabe que merece un descanso, porque observa en silencio la labor de cuidadora de Carmen en todo su entorno. Pero también él quiere "cuidar a la cuidadora".
A sus 60 años, Carmen ha recorrido los centros de salud de medio Castilla y León como enfermera familiar y comunitaria. De antemano sabe que cuando llegue el momento, va a añorar a todas esas familias a las que ha dedicado su vida y su tiempo. Aún mantiene el contacto con algunos pacientes a los que atendió en el pasado. Muchos le siguen enviando 20 años después, pequeños y simbólicos regalos, muestras de cariño y gratitud, que reconocen el mérito de un trabajo bien hecho. Siempre con amor y respeto.
Curiosamente una de sus dos hermanas, Antonia, también es enfermera. La segunda, Yolanda, es farmacéutica y su hija Casandra técnico de farmacia hospitalaria. De modo que la enfermera conoce bien a fondo la situación de la sanidad pública en nuestra región.
Por eso lamenta que una profesión tan vocacional como la suya (que para ella es un modo de vida), se esté deshumanizando por una falta clara de personal, tanto en la atención primaria como en la hospitalaria. Insiste en que a lo largo de los próximos cinco años se espera que alrededor del 30% de los profesionales se jubilen.
LA SANIDAD EN LA ESPAÑA VACIADA
"En las zonas rurales se enfrentan a importantes desafíos" afirma. Los pueblos más pequeños a menudo cuentan en el mejor de los casos, con atención sanitaria solo tres veces por semana. Esta se dificulta por las grandes distancias entre las distintas consultas a atender y las malas infraestructuras viarias. Además hay que tener en cuenta que la población del medio rural está muy envejecida y en consecuencia sufre múltiples patologías.
La profesional explica en declaraciones a COPE, que solo hay que pensar: "¿Si yo fuera paciente, cómo me gustaría que me atendieran?"
FAVORECEN LA SALUD PREVENTIVA
Con frecuencia olvidamos la labor que desarrolla en el ámbito de la salud preventiva nuestra enfermera. Solemos valorar el trabajo del médico, pero no el de su infatigable y a menudo "invisible" compañera. En este 8M rendimos un merecido homenaje a las enfermeras. Esas que como Carmen, cuidan y favorecen nuestra salud con dedicación y entrega.
Y siguiendo esa premisa evoca una divertida anécdota. Recuerda así a Agustina, una mujer nonagenaria que sufría una úlcera en el talón. Ella aplicaba las curas y administraba a diario la medicación correspondiente a la paciente. Pero el autocuidado es clave para favorecer y agilizar los tiempos de recuperación en cualquier enfermedad. En el caso de Agustina debía seguir una alimentación equilibrada pero especialmente rica en proteína. Teniendo en cuenta que las personas de avanzada edad suelen perder con frecuencia el apetito, Carmen le preguntó: ¿Qué es lo que más te gusta comer en el mundo? Agustina espontánea y sonriente dudó poco: ¡natillas!.

Las enfermeras favorecen la salud preventiva
La hija de Agustina reaccionó también rápidamente: "Yo no sé hacer natillas caseras y en el pueblo no las venden" (Otro ejemplo más de la falta de servicios básicos en el medio rural porque muchos pueblos no cuentan con una simple tienda de alimentación).
De modo que Carmen encontró fácil solución: "¡No hay problema: si tienes huevos y tienes leche, vámonos a la cocina y os enseño a hacer natillas para que comas lo que más te gusta!"
LA ENFERMERIA EN SALAMANCA: LOS DATOS
La provincia de Salamanca cuenta en la actualidad con un total de 1.750 profesionales de enfermería distribuidos entre la atención primaria y la atención especializada del Sacyl.
Estamos en una media de 5,35 enfermeras por cada 1.000 habitantes, cuando en los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), alcanzan una ratio de 9,04 trabajadores por millar de pacientes.
Según fuentes sindicales, habría que contratar a 1.207 enfermeros más en Salamanca, para ofrecer una atención de calidad al paciente.
En la actualidad, cada profesional atiende de media a entre 15 y 20 pacientes, cuando lo recomendable sería no superar los ocho a su cargo.
Los profesionales están sufriendo altas tasas de estrés, ansiedad y síndrome del burnout por la sobrecarga de trabajo.
La “brecha salarial” de género que sufren las enfermeras es otro de los hándicaps más habituales. Esto se debe a que la mayoría del personal laboral son mujeres y éstas piden más reducciones de jornada con el fin de conciliar vida familiar y laboral.