Eterno y maldito Covid

Para la mayoría de la población la pandemia ha ido quedando atrás y se habla de ella en pasado. Sin embargo, hay personas que siguen sufriendo las secuelas de esta enfermedad a través de otras patologías derivadas de la primera. Hablamos del Covid persistente.

María es una salmantina de 42 años que contrajo el Covid-19 en 2020 y permaneció ingresada por esta causa durante un mes en el hospital.

En declaraciones a Cope asegura que desde entonces, ha vuelto a ser hospitalizada en multitud de ocasiones, incluso para ser desintoxicada por un exceso de medicamentos que le administraron erróneamente. Finalmente, ha obtenido la declaración de incapacidad laboral al 85% por un tribunal médico.

Lamenta haber sufrido un caos absoluto en la atención recibida en la sanidad pública durante estos tres años. Las eternas listas de espera, la dificultad para acceder a una prueba médica, o para establecer un diagnóstico sobre las distintas enfermedades que finalmente le han sido diagnosticadas, ha supuesto otro calvario. Recuerda cómo pasó de pesar 60 kilos antes de la pandemia a 130, a causa de la inflamación que ha sufrido su cuerpo por una alteración hormonal.

Dice que la sanidad privada le facilitó poder acceder a determinadas pruebas médicas, pero lamenta que haya personas que no puedan permitirse ese lujo estando en su situación. María reivindica un protocolo de atención integral en la sanidad pública que cubra las necesidades de todos los enfermos de covid persistente.