Programa Religioso
Iglesia noticia en Segovia 07 11 21
Segovia se queda sin curas (por unos días)
Madrid - Publicado el
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Celebramos hoy el Día de la Iglesia Diocesana. Una jornada en la que festejamos de manera especial el sentimiento de pertenencia a la familia que formamos los hijos de Dios, y recordamos también la importancia de ponernos al servicio de los demás. Es un día en el que se nos recuerda que estamos llamados a colaborar para hacer nuestra parroquia y nuestra diócesis más comprometida, más cercana y entregada. Llamados a aportar según nuestras posibilidades y nuestras circunstancias.
Porque la Iglesia diocesana no solo son los sacerdotes y los hombres y mujeres de vida consagrada. Iglesia eres tú, que entregas tu tiempo a los demás. También eres tú, que con la oración das esperanza a quien no la tiene. Tú, ese que con tus cualidades prestas apoyo a quien lo necesita. Y tú, que con tu aportación económica eres sustento para aquellos que no tienen nada. Siéntete parte de tu parroquia, de tu Diócesis de Segovia. Las palabras con las que iniciamos el programa («La familia está llamada a ser templo, casa de oración»: san Juan Pablo II) no son aleatorias, porque hoy, más que nunca, recuerda que «Somos lo que tú nos ayudas a ser. Somos una gran familia contigo».
Los sacerdotes de nuestra diócesis inician hoy en Ávila un importante encuentro que se prolongará durante los próximos días, la Asamblea Presbiteral. Por delante días de trabajo y reflexión de los que hemos hablado con José María López, uno de los sacerdotes miembro de la comisión preparatoria de esta asamblea. Aunque Segovia se quede sin curas durante tres días, José María ha pedido a los fieles que suelen acudir a diario a Misa que no se agobien, pues pueden orar en sus hogares durante esos dos días. Aunque también habrá «curas de guardia» que estarán atendiendo las necesidades pastorales que surjan.
Una asamblea que se celebra fuera de nuestras fronteras provinciales con la intención de que los sacerdotes estén centrados en este encuentro tan importante sin la preocupación de las tareas pastorales cotidianas. Asamblea que, según recuerda José María de la carta escrita por D. César, ha de ser asumida como prioridad por el presbiterio y se celebra como una necesidad para iluminar los problemas que preocupan a los sacerdotes de la diócesis: la edad avanzada de muchos de ellos, la incorporación de sacerdotes extranjeros más jóvenes, la relevancia necesaria de los laicos...
Este encuentro ha de servir para abordar algunas cuestiones que pueden ser “debilidades” a tratar: la integración y la comunión con los sacerdotes más jóvenes que vienen desde otros países; el acompañamiento «por caridad y justicia» a esos sacerdotes de edad más avanzada; la formación, como camino para responder a los nuevos tiempos y las situaciones que desconciertan o la reflexión, para continuar con un plan pastoral que no debe quedar solo en el papel.
Como asegura José María, los laicos tienen un papel importante para colaborar a las nuevas realidades que se presentan al presbiterio. Y es que no solo son la solución al problema de la avanzada edad de los sacerdotes, sino que, como cristianos, son iguales a ellos y debe dárseles el protagonismo que les corresponde para caminar unidos en la misma dirección.
¿Están los sacerdotes diocesanos y los fieles preparados para acometer el cambio que necesita nuestra Iglesia diocesana? José María está convencido de que, si caminamos y reflexionamos juntos, podremos avanzar y adaptarnos a las necesidades de una Iglesia nueva y cambiante.