La celebración del Corpus Christi en Segovia (1577-2021)

La primera referencia a la celebración del Corpus Christi en España nos lleva hasta Toledo en el año 1280 tras ser instituida esta fiesta por el papa Urbano IV en 1264 y confirmada

ctv-bnm-20190623 corpus-procesion kam4986

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

3 min lectura

El Corpus Christi es una de las festividades más importantes dentro de la Iglesia Católica en la que se recuerda la presencia de Cristo en la eucaristía y su institución. El Corpus, como se denomina popularmente, es celebrado sesenta días después del Domingo de Resurrección y el jueves siguiente a la solemnidad de la Santísima Trinidad.

Esta fiesta conmemora que Cristo se hace presente en la eucaristía y, durante los casi ocho siglos desde su institución por Roma, la celebración se ha ido popularizando en las calles y espacios públicos a través de las procesiones con multitud de fieles.

Segovia está entre las ciudades donde la solemnidad de la Sangre y el Cuerpo de Cristo ha gozado y sigue haciéndolo de gran participación y es vivida con devoción.

Este Corpus 2021 se celebrará el domingo 3 de junio con todos los actos, tanto Misa Solemne como procesión, en el interior de la Catedral de Segovia debido a las restricciones establecidas por la pandemia.

La primera referencia a la celebración del Corpus Christi en España nos lleva hasta Toledo en el año 1280 tras ser instituida esta fiesta por el papa Urbano IV en 1264 y confirmada por Clemente V en 1311.

Concretamente, Urbano IV proclamó extender esta solemnidad a través de la bula Transiturus Corpus Christi, el 11 de agosto de 1264, tras el milagro eucarístico de Bolsena, ciudad cerca de Roma, sucedido un año antes.

Finalmente, esta doctrina se introdujo en el calendario del mundo católico y fue en el año 1545 cuando oficialmente el Concilio de Trento declaró solemnemente la presencia real de Cristo en la Eucaristía.

En este periodo se populariza en Castilla la fiesta eucarística y la primera mención a su celebración en Segovia se remonta al año 1577.

El Corpus Christi de Segovia siempre contó con gran afluencia de público y, durante los siglos XVI y XVII, alcanza las mayores cotas de ostentación y esplendor. Los segovianos engalanaban los balcones con colgaduras a base de tapices y telas de calidad, al igual que el Ayuntamiento y edificios oficiales que adornaban sus inmuebles.

El recorrido de la procesión del Corpus en la ciudad discurría por el área donde vivían las familias más acomodadas donde se instalaban altares decorados con todo tipo de ornamentos.

Respecto al cortejo de la procesión, que tenía como punto principal la custodia, la presencia de aspectos folclóricos y música popular son algunas de las peculiaridades de esta festividad religiosa que se convertía en una manifestación de fe y de reflejo del orden social.

Entre las tradiciones del Corpus segoviano destacaba la representación de tarascas, dragones-serpientes que abrían la procesión y se movían al ritmo de la banda de música. Los primeros indicios de estos elementos folclóricos en Segovia datan del año 1607 y su presencia simbolizaba el mal vencido por el Santísimo Sacramento.

Otras de las tradiciones populares que se podías ver en el Corpus Christi de Segovia eran los gigantes y cabezudos, las danzas de “sarao” y de “cascabel”, que acompañaban al cortejo, y las botargas. Estas últimas eran máscaras grotescas que normalmente se posicionaban alrededor de la tarasca y fustigaban a los asistentes desprevenidos.

Sin embargo, lo más importante del Corpus Christi de Segovia era y es el pan eucarístico portado en la custodia de asiento. Desde los orígenes de esta festividad, el Cabildo aunaba esfuerzos para tener una custodia a la altura de otras ciudades como Toledo o Sevilla. Finalmente, y tras muchos problemas económicos, el maestro orfebre Rafael González entregó la custodia de plata a la Catedral en 1656. Esto fue motivo para que ese año las calles de Segovia se cubrieran de flores y se celebraran toros en la Plaza Mayor y un Auto Sacramental.

El siglo XVIII marca el giro hacia elementos puramente religiosos en las procesiones del Corpus Christi. La llegada al trono de Carlos III y de la Ilustración supuso la eliminación de las danzas y representaciones mediante la publicación de una Real Cédula en 1780. Con esta decisión real, permanece lo religioso y desaparece lo profano en una celebración que mantiene su sentido litúrgico gracias al pueblo de Segovia.

Programas

Último boletín

04:00H | 28 DIC 2024 | BOLETÍN