"Somos segovianos: morimos o matamos"

En las circunstancias actuales de pandemia, cobran especial importancia los mensajes de optimismo y esperanza. Algunos de los que más fuerza tienen son los de quienes están superando la enfermedad. Un ejemplo es el cronista del municipio segoviano del Real Sitio de San Ildefonso, Eduardo Juárez, que ha destacado precisamente eso: que hay que ser optimista.

Según su relato para COPE, lo importante es estar convencido de que se va a salir. Además, ha comentado que una compañera de departamento en la Universidad Carlos III le había preguntado cómo había conseguido remontar la situación. La respuesta de Juárez: "porque somos segovianos: o morimos o matamos"

El historiador ha explicado cómo le aparecieron los primeros síntomas y que, ante las dificultades respiratorias tuvo que ser finalmente ingresado en el Hospital General, donde ha permanecido 21 días. Tuvo fiebre y una tos muy seca, pero lo definitivo fue la sensación de mareo. Lo primero que pensó fue en un posible gastroenteritis, pero poco a poco fue comprobando que esa situación estaba causada por la falta de oxígeno. Y es que cada vez le costaba más respirar. La capacidad de sus pulmones no era suficiente para abastecer todo su cuerpo. Entonces llegó el ingreso hospitalario.

Durante esa estancia de tres semanas en el hospital ha sufrido, pero lo que le queda es un profundo agradecimiento al personal sanitario que trabaja para curar a todos los contagiados por encima de todas las cosas. Tiene especiales palabaras de agradecimiento para los neumólogos del Complejo Asistencial segoviano. Con buen humor, cuenta que le colocaron una máscara que le aportaba un aspecto similar al del un soldado de La Guerra de las Galaxias. Era molesto, también los pinchazos, pero siempre se ha mostrado con buen talante y agradecido a los sanitarios. En ese sentido, Eduardo Juárez ha remarcado la importancia de seguir al pie de la letra las instrucciones médicas y ha lamentado cómo veía que otras personas en sus mismas circunstancias solo se quejaban de esas indicaciones, poniéndolas incluso en tela de juicio.

Ahora encara la recta final de su recuperación, ya en su domicilio, y encontrándose cada día mejor. Asegura que, durante su ingreso, le ha servido mucho evocar años atrás, sus paseos por los parajes de la sierra de Guadarrama. Estando en un infierno, su mente viajaba al paraíso, como ha relatado para COPE.