Los seis bomberos de Valladolid regresan de Turquía “con tristeza y frustración”
Tres días sobre el terreno les han servido para ver la devastación del terremoto
Valladolid - Publicado el - Actualizado
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Ya están en casa. Ya han vuelto de Turquia los seis bomberos del Ayuntamiento de Valladolid que partieron hace apenas una semana rumbo a Turquía para colaborar en las labores de rescate tras el devastador terremoto. Regresan con una mezcla de “frustración y tristeza”, conscientes de las limitaciones por no haber podido rescatar con vida a ninguna de las víctimas. Víctor Rodríguez y David Pérez, son dos de los bomberos profesionales del Ayuntamiento de Valladolid: “primero tiene que trabajar el perro que es la máquina perfecta que detecta si hay alguien viva a muerta y siempre nos daba la mala noticia”. “Es una frustración porque ha ido con toda tu buena intención y ya no hay nada que hacer”.
Julio Gutiérrez, Daniel Liras, David Peláez, Mario Arranz, Víctor Rodríguez y un sexto oficial que finalmente se ha ausentado, han sido quienes han participado en la delegación de Valladolid de la mano de la ONG Acción Norte.
Víctor lleva 15 años en el cuerpo de bomberos de Valladolid. Explica que es duro regresar tras ver la “devastación y la tristeza colectiva”. “Hemos ido con muchas ganas, hasta que nos han echado”. Víctor comenta que las autoridades desplegadas en el terreno, ordenaron a todos los servicios de emergencia que cooperaban, retirarse para iniciar una segunda fase que incluye la limpieza y las labores de acompañamiento psicológico a los familiares.
Mario lamenta haber sentido la sensación de que “no hay nada que hacer”. Acudían con el material necesario para encontrar a supervivientes, una cámara térmica y el respaldo de los guías caninos.
La frustración vivida ha marcado las 36 horas en la zona cero, en Adiyaman, una de las principales ciudades afectadas por el seísmo. “En este caso, colaborar en la recuperación de algún cuerpo. Te paran por la calle y te piden que entres y, si es posible, que le saques el cuerpo de ese familiar”, explica David quien destaca el trato del pueblo turco, “a veces incómodo por no poder hacer nada y cuando te dan tanto sin tener para ellos”.