La Zona de Bajas Emisiones de Valladolid enfrenta las alegaciones de empresarios y ecologistas
Las propuestas se mueven entre quienes piden proteger a la economía local y los que apuestan por que sea más ambiciosa
Valladolid - Publicado el - Actualizado
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La inminente implantación de la Zona de Bajas Emisiones sigue movilizando a los críticos que reclaman que disminuya el territorio acotado, mientras los grupos ecologistas piden una ordenanza más ambiciosa. El equilibrio de intereses no parece sencillo, pero la normativa aprieta y el calendario no se detiene. Este 2023 deberá implantarse en ciudades de más de 50.000 habitantes. En Valladolid, un radio de más de tres kilómetros quedará limitado a los vehículos que dispongan de etiqueta mediaombiental.
Los comerciantes de la almendra central piden reconsiderar este proyecto que disuade a los clientes. Jaime Ercilla, gerente de un comercio en la calle Ferrari, nos comenta: “parece que se ha activado más por ideología que por razones y eso lleva consigo muchos puestos de trabajo. Todo son trabas y lo que queremos es trabajar a nuestro ritmo y dejar que se acerquen los clientes”.
Para los grupos ecologistas la ordenanza actual debería ser más ambiciosa y primar criterios de salud y no los económicos. Javier Gutiérrez concluye: “si nos dan a elegir, elegimos, salud antes que la economía. Ése debe ser el elemento decisivo”.
Alegaciones de empresarios
Hoy concluye el plazo para presentar alegaciones a la Zona de Bajas Emisiones. Se implantará de forma progresiva este año, si bien las sanciones no se impondrán hasta 2024. La ordenanza no contenta a nadie y las críticas se mueven entre quienes consideran que debería ser más ambicioso y quienes entienden que la zona delimitada es excesiva. Si inicialmente superaba por poco el kilómetro, ahora estamos más allá de los tres. La patronal de empresarios ha presentado un minucioso documento en que recoge las inquietudes del sector y solicita excluir la zona del río y Campo Grande para facilitar la movilidad de viajeros. Ricardo Fernández de CEOE cree que si las cosas están bien “hagamos cositas, pero no vayamos a máximos cuando realmente no es necesario”.
El documento al que ha tenido acceso COPE contempla no sólo una reducción de la zona restringida, sino incluir nuevas excepciones a las ya contempladas en la ordenanza. Entre ellas, plantean una alternativa que incluya zonas temporales, especiales o complementarias, ampliar las zonas de aparcamiento en la zona delimitada, aplicar exenciones a vehículos de empresa que acrediten pérdidas.
En cuando al área restringida, la patronal considera que debería excluirse todo el tramo que comprende el río, la zona de talleres RENFE, así como el Campo Grande, “por ser zonas en las que no hay tráfico rodado con lo que las emisiones quedan muy reducidas”. “Además, de mantenerse, supondría una dificultad adicional a los accesos a la estación de tren y a la estación de autobuses que carece de aparcamiento”, detalla el dossier.
Alegaciones de ecologistas
Pero los ecologistas piden ir más allá y establecer las denominadas Puertas de Valladolid para evitar que los vehículos privados accedan a la ciudad. Javier Gutiérrez entiende que la Avenida de Salamanca debería formar parte de la zona restringida.
La federación de asociaciones de vecinos, ciclistas y otras agrupaciones que han suscrito esta decena de alegaciones quiere además incluir como zona sensible el entorno de los colegios y los centros sanitarios.
La ZBE ha llegado para quedarse
Este modelo de ciudad, que ofrece protagonismo al peatón, a la bici y al transporte público, es el modelo del actual equipo de gobierno que entiende que es imparable. Las alegaciones se estudiarán y se depurarán solo aquellas que sean razonables. Óscar Puente es el alcalde de Valladolid lo tiene claro: “cuando se toman determinadas decisiones hay quien considera que te has quedado corto y otros que te has pasado. Nosotros estudiaremos las alegaciones y estimaremos las que consideremos razonables”.