Castilla y León en temporada de riesgo alto: “Tenemos que aprender a convivir con los incendios forestales”

¿Está CyL preparada para hacer frente a la temporada de riesgo alto de incendios? Hoy comienza y se va a prolongar durante cuatro meses, hasta el 12 de octubre. Además de los medios materiales, se cuenta con 4.715 efectivos el 80 por ciento, trabajadores públicos.

En 2022, ardieron en Castilla y León más de 45.200 hectáreas. El año pasado, fue el que peores datos registró en la última década. Solo, 2012 y 2017 con 15.400 y casi 10.500 respectivamente, se acercan, y de lejos, a esta cifra. ¿Cuál es la provincia de la Comunidad más afectada por las llamas? Si miramos a 2022, fue Zamora, sin duda.

Si nos centramos en los datos del último decenio, León es la provincia que sale peor parada, con más de 73.600 hectáreas devastadas, lo que supone más del 43 por ciento de la superficie forestal. Es precisamente, esa zona, la del noroeste de Castilla y León, donde se sitúan los llamados puntos calientes. Es allí, donde la probabilidad de registrar incendios, se incrementa. Pablo Martín es ingeniero y catedrático de la UVA. Habla de convivir con el fuego. “Tenemos que aprender a convivir con los incendios forestales. Estar lo mejor preparados posible para mitigar un poco su efecto. Obviamente, las probabilidades de que se suceda un incendio son mayores en unos lugares que el otros, hay que tener en cuenta que puede registrarse en cualquier sitio”.

En Herrera en COPE Castilla y León, Martín, habla de la importancia de no invertir tanto en hacer prevención para disminuir la combustibilidad en los montes, sino en generar de nuevo un valor en esas zonas. ¿por qué? “Los tratamientos preventivos que se hacen, con un esfuerzo importante tienen un coste y una duración también más limitada. Hay que buscar sistemas más sostenibles y más viables a largo plazo”, apunta.

A lo largo del año pasado se produjeron 1.550 incendios, un tres por ciento más que los 1.504 de la media del último decenio. Dice Pablo Martín que trabajan con estadísticas, datos por decenios. “Al final las variaciones interanuales son enormes y dependen de condiciones muy puntuales”, concluye.