Expectación máxima a la espera de que Renault mueva ficha
Castilla y León defiende la competitividad de sus plantas mientras la Compañía ultima una reestructuración que podría conllevar despidos y cierres
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Renault emplea en Castilla y León a alrededor de 10.000 personas. A ellas se suman otras 20.000, aproximadamente, de empresas auxiliares que han ido proliferando en la Comunidad desde los años 60 para prestarle algún tipo de servicio. Con estas cifras se entiende que la expectación sea máxima en vísperas de conocer los pormenores del plan de reestructuración de la compañía del rombo, que será presentado este viernes y que podría conllevar despidos y cierres de plantas.
El anuncio del presidente del Gobierno francés, Emmanuel Macron, condicionando las ayudas a la industria automovilística a la relocalización de parte de la producción en Francia, en concreto, la de los denominados vehículos “limpios” —eléctricos e híbridos—, no ha hecho sino acrecentar las dudas sobre la continuidad de las plantas de Renault en Valladolid y Palencia. El 22 de mayo la factoría de Carrocería y Montaje de Valladolid obtenía la certificación para poder producir en serie la versión híbrida enchufable de Captur. Un hito “significativo”, reconocía entonces la compañía, al tratarse del primer híbrido enchufable producido por el Grupo Renault. Sin embargo, la incertidumbre, apuntan diversas fuentes consultadas por COPE, es “total”.
Ahora mismo “todo son especulaciones”, asegura Vicente Andrés, secretario general de Comisiones Obreras en Castilla y León. Aunque los mensajes que le van llegando “son de tranquilidad”.
El último, desde Ávila. Donde la “anticipación”, en alusión a la reciente reconversión de la factoría de Nissan en fabricante y distribuidora de piezas para Renault, habría librado a la planta del cierre. A esta reconversión la Junta de Castilla y León destinó casi 27 millones de euros. El “apoyo institucional” y la “competitividad” son “elementos positivos”, a juicio de Andrés, para que la decisión que tome Renault sea “buena”.
“Un palo tremendo”
En el ámbito empresarial no ocultan su preocupación ante un cierre total o parcial. “Sería un palo tremendo”, afirma el presidente de la Confederación de Organizaciones Empresariales de Castilla y León, Santiago Aparicio, quien apela al Gobierno de España a la “cordura” y a que “ayude” en el futuro abandonando “decisiones y comentarios” que han “criminalizado y penalizado” a un sector que es “tractor”.
En pleno proceso de recuperación económica y social tras la crisis del COVID-19, el Gobierno autonómico había fiado un menor impacto en la economía y el empleo de la Región a la aportación de la industria automovilística.
El impacto de una decisión contraria a los intereses de Castilla y León tendría un impacto “enorme”, advierte el economista Juan Carlos de Margarida. La salida de Renault supondría “un antes y un después” y daría al traste con cualquier previsión económica. Ello supondría replantear “completamente” sin apenas tiempo el sistema productivo de la Comunidad. Y de entre todas las posibilidades, De Margarida apunta a la industria agroalimentaria. Un sector para el que la Junta, por medio de su presidente, Alfonso Fernández Mañueco, avanzaba ayudas este miércoles por valor de 65 millones de euros.
En Valladolid, una de las ciudades que podrían verse afectadas, su alcalde asegura estar "ocupado, pero no preocupado". Óscar Puente, quien ha afirmado mantener conversaciones "con frecuencia" con el director general adjunto de Grupo Renault, José Vicente de los Mozos, así como con el Gobierno de España, se agarra a lo "tremendamente competitivas" de las fábricas, tanto de Valladolid como de Palencia, así como a la "fuerte" apuesta efectuada desde los distintos niveles de la Adminsitración por el mantenimiento de su actividad.
La relevancia de De los Mozos, que comenzó su carrera como aprendiz en FASA-Renault (Valladolid), en la toma de decisiones de la compañía es para la Administración autonómica garantía de continuidad de sus factorías en Castilla y León. El propio De los Mozos es consciente del "pilar" que suponen tanto para Valladolid como para Palencia. El vicepresidente y portavoz de la Junta, Francisco Igea, no tiene dudas de que la Dirección de Grupo Renault será "favorable" con las plantas de la Comunidad por su "eficiencia y paz social".
Una preocupación cíclica
Fuentes de la empresa sostienen que las amenazas de cierre son cíclicas. “Siempre han pasado este tipo de cosas”, relatan. “Pero siempre se han quedado aquí”, añaden. Incluso, cuando el Gobierno de Francia era accionista mayoritario. Un hecho que relacionan con la capacidad de producción, la calidad y el precio de las plantas de Castilla y León, cuestiones en las que “en nada” pueden compararse con otras factorías por ser “los mejores”.
Algunas de estas fuentes apuntan a la posibilidad de que Renault quiera aprovechar las circunstancias como mecanismo de presión ante los sindicatos de cara a un futuro que incluye la negociación de un nuevo convenio colectivo a finales de año. Tesis compartida por Trabajadores Unidos, a quienes “no extraña” que la compañía “cree cierto estado de alarma”. Su portavoz, Miryam Largo, sostiene que es una “oportunidad única” para propiciar un recorte de derechos de los trabajadores sirviéndose de “la política del miedo”.