CAMBIO CLIMÁTICO Y ALERGIAS
El impacto del cambio climático sobre los alérgicos: “Se deposita en la piel, en los ojos y se respira”
Una investigación advierte de las consecuencias de episodios como la calima
![Alicia Armentia, jefa del Servicio de Alergología del Hospital Universitario Río Hortega](https://imagenes.cope.es/files/image_425_238/uploads/2025/02/13/67ada6cca67b2.webp)
Alicia Armentia, jefa del Servicio de Alergología del Hospital Universitario Río Hortega
Valladolid - Publicado el
2 min lectura
El 40% de la población tiene algún tipo de alergia, pero ese porcentaje puede superarse por el impacto del medio ambiente, la contaminación y el cambio climático. Seguro que tienes en la mente la imagen que deja la calima, que deja una atmósfera gris y un tanto anaranjada. Es una de las conclusiones a las que llega un estudio que evalúa el impacto de los factores ambientales y contaminantes relacionados con el cambio climático en las enfermedades alérgicas y que han desarrollado durante los últimos tres años especialistas de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica, entre los que está la catedrática Alicia Armentia, jefa del Servicio de Alergología del Hospital Universitario Río Hortega. Sólo las mascarillas FPP3, de las que se usan en la UCI, protegen de la inhalación, pero las microparticulas pueden entrar en el cuerpo por la piel o los ojos. Estas partículas influyen en impacto alergénico de los pólenes.
Las micropartículas del polvo sahariano provocan y agudizan alergias: asma, rinitis y dermatitis. Estos elementos llegan al organismo cuando respiramos y se deposita en la piel. “En la piel, en los ojos y se respira”, comenta la doctora Armentia.
Esas partículas de tamaño reducido llegan con las corrientes de polvo del Sáhara, un proceso atmosférico que antes no se vivía en la meseta o sucedía de forma puntual y que ahora es bastante frecuente, con alertas que la ciudadanía ya ha normalizado, igual que los avisos de contaminación por ozono.
Sopladores de hojas
Seguro que te has topado con algún operario usando un soplador de hojas. Ecologistas alerta del uso de estas herramientas por el impacto que tiene en la salud. La limpieza con sopladoras de hojas, aseguran, supone crear un clima similar al de los aerosoles que puede dispersar por el aire todo tipo de hongos y otros alérgenos, como el polen, así como restos de excrementos, bacterias y grandes cantidades de partículas sólidas contaminantes.
Ecologistas en Acción exige al Ayuntamiento que implemente otro plan de recogida de hojas, sustituyéndolo por otros eléctricos, como ya hicieron otros ayuntamientos, “mucho más respetuosas con el medioambiente y con la población”.
“La nube de polvo que generan es todo un riesgo para los trabajadores, tanto como para las personas que pasan por la zona de trabajo. Y es que esta nube puede ser todo un foco de infecciones y suciedad que nos lleva a respirar heces, basura y hongos”, tal y como apunta el neumólogo Raúl Godoy, presidente de la Sociedad Castellanomanchega de Patología Respiratoria.