Los voluntarios, detrás del Teléfono de la Esperanza: “Intentar que se enganche a la vida”
Lo primero es identificar la situación y tratar de llegar a la emoción del que está al otro lado de la línea
Valladolid - Publicado el - Actualizado
3 min lectura
Más de 200 personas se suicidaron en 2019 en Castilla y León, 9 por cada 100.000 habitantes, cifra que se sitúa por encima de la media española. Sólo en Valladolid, 4 personas se han suicidado en lo que vamos de mes y una más lo ha intentado. Según datos del Instituto de Medicina Legal, 1.045 en los últimos 22 años sólo en Valladolid. Las cifras preocupan, pero también las ideaciones suicidas. Algunas de ellas se detectan antes.
El Teléfono de la Esperanza trabaja desde hace más de 50 años ofreciendo apoyo emocional a personas que pasan por un mal momento e “intentar revertir” esa ideación. Lo primero es identificar cuál es la situación. “Si es crisis suicida vamos a ver si lo tiene preparado, si ya sabe cómo lo va a hacer y siempre derivarle un profesional. Y ya cuando es un suicido en curso intentar entenderle, vincularnos con su emoción y poner en marcha todos los mecanismos con el 1-1-2 o las personas que le puedan ayudar en esos momentos si está en curso”, explica Asunción González, presidenta del Teléfono de la Esperanza en Valladolid.
Quienes están detrás del Teléfono de la esperanza reciben una formación continua, de hecho desde la pandemia ha aumentado el número de llamadas con componente suicida. Hay que tratar de llegar a la emoción del que está al otro lado de la linea y busca volver a engancharlo a la vida porque muchas veces no han sabido “explotar hacia fuera” para que fuera visible.
Según los datos del INE, en el año 2019 el suicidio constituyó la primera causa de muerte en mujeres de entre 15 y 29 años y la segunda causa en hombres del mismo grupo etario. Siempre tienen más ideaciones suicidas las mujeres, sin embargo, lo intentan más veces los hombres o lo consiguen y dependiendo luego cada persona, somos diferentes.
No solo hay una causa, es “multicausal”. Puede haber muchos factores de riesgo que puedan intervenir pero sobre todo que en ese momento “tienen un sufrimiento horroroso”. No saben cómo salir y la única vía de salida que encuentran es esa, “una visión en tunel”.
Sanidad pone en marcha una Estrategia de Prevención de la Conducta Suicida
Es una preocupación y de hecho Sanidad dispone de una Estrategia de Prevención de la Conducta Suicida en Castilla y León que busca disminuir, al máximo, la incidencia y la prevalencia del suicidio en la Comunidad, garantizando una atención adecuada de la persona y sus allegados, mediante el abordaje integral del proceso de prevención, atención y seguimiento de la conducta suicida. El horizonte de actuación es 2025.
Quienes han sufrido de cerca un suicidio conocen bien el drama de una realidad que cada vez es más visible. El vicedecano del Colegio de Psicólogos, Jesús de Blas, ha explicado en COPE que hace falta impulsar un plan nacional de prevención del suicidio, pero también dar un paso más e integrar en el sistema sanitario a los psicólogos. “Los supervivientes que son los familiares de personas que han tenido suicidios en el seno de esa familia lo están pidiendo desde hace tiempo. Se dice si si, esto es un problema importante, vamos a hacer pero lo real es que no se hace absolutamente nada”, argumenta de Blas.
El suicidio no es una patología, pero se ha intentado vincular con la depresión, la bipolaridad o la esquizofrenia, pero la clave está identificar la emoción y tratar de orientarla hacia sentimientos positivos.